Esteban no dejaba de estar preocupado pese a las dos semanas que habían pasado desde el despido.
Fran, en cambio, se tomaba las cosas de un modo más sencillo.
-puedo estar sin trabajar algún tiempo
-no es el hecho...
-y ya sé, pero no puedo hacer nada; aunque la chica que sale con Ana es abogada y me dijo que puedo demandar al correo...
-¿demandar al correo? ¿con que criterio?
-me echaron sin razón-le dijo mirándolo como si aquéllo no fuera una obviedad
-te echaron porque ahora tenés antecedentes
-¿de que lado estás vos?-le preguntó, de pie en la sala, estaba empezando a enojarse
-no hay dos lados...
-si. el de la sociedad de mierda ésta y el nuestro
-no quiero que te metas en más problemas, nada más...
-¿porque tengo que dejar que siempre me saquen todo?
-no sé que sentir con todo esto. me pase la vida escondido, tuve mucho cuidado cuándo te conocí, lo tengo ahora, pero vos sos tan distinto a mí, sos tan...innovador
-no quiero ser innovador,ni revolucionario, no quiero dejarle un mundo mejor a otras personas, solo quiero vivir tranquilo con vos, sin miedo,sin tener que caminar por las sombras como si fuera una rata
-está bien-respondió él, no quería entrar en discusión,mucho menos ese dia, que sin que Fran lo sepa, iba a ser importante
-yo no soy una rata, no le hago mal a nadie
-vos me haces muy feliz a mi, todos los días-le dijo abrazandolo-a veces tengo tanto miedo...
-¡por eso! no es justo...
-tengo miedo de que te pase algo, de que te lastimen, no sé como cuidarte
-no tenés que cuidarme, solo quedate conmigo-le pidió Fran besando su cuello
-yo estoy acá con vos
-¿te acordas que me dijiste que hoy podíamos...-preguntó mirandolo con aquélla sonrisa picara que Esteban amaba. le había promedio ir a una de las fiestas en el sótano esa misma noche
-si,me acuerdo
-¡si! me voy a bañar
Fran intentó alejarse pero Esteban le tomó una mano deteniendolo
-¿asi?
-¿asi como?
-¿asi, sin mi?
Fran sonrió, se mordió el labio, y lo llevó consigo al baño.
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El baño tenía los azulejos empañados en el vapor, mientras la espuma resbalaba desde la ducha hasta el piso.
Esteban cerraba los ojos; su pelo mojado chorreaba encima de sus hombros mientras Fran, encima suyo, le besaba el cuello y se movía lento, con las manos ajenas, acompañando las embestidas, sobre su cadera.
-sos el hombre más hermoso del mundo-le dijo mirandolo, pasando sus manos por el pelo de Esteban, llenandolo de espuma nuevamente
Esteban sonrió aún con los ojos cerrados y subió una mano hasta su mandíbula; la tomó con delicadeza y lo llevó hasta su rostro
-el hombre más hermoso del mundo sos vos, mi amor-le dijo antes de besarlo.
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Más tarde, y ya en el sótano, que por desgracia para Esteban, estaba bastante lleno de gente, Francisco hablaba con amigos mientras él lo hacía con Ana.
