☁️ 03: ¿Podríamos Intentar?

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Jimin estaba cumpliendo seis meses de embarazo. Todo seguía en aparente calma con ello, había ido a la cita mensual con Chaeyoung y el bebé resultó ser un varoncito que estaba saludable y fuerte. Su vientre había crecido bastante y ya era aún más imposible de ocultar. Aún seguía utilizando ropa deportiva porque le resultaba cómoda, pero sabía que debía empezar a buscar otras alternativas.

El mes había sido un poco caótico a decir verdad.

Los únicos síntomas que presentaba aún eran dolor de espalda, antojos algunas veces y el subidón de la sensibilidad. Sus ganas de llorar no se habían detenido, pero ya no lloraba de tristeza por Eunwoo o porque estaba asustado, sólo lloraba porque todo le causaba sentimiento. Jamás pensó que sería un embarazado llorón, pero ahí estaba, dentro del automóvil de Jungkook, escuchando una canción de Maddona llamada Like a Prayer y lagrimeando un poco porque su melodía le resultó algo nostálgica.

—¿Quieres que la quite? —alzó las cejas el alfa con preocupación.

Jimin negó mientras bajaba la cabeza y se limpiaba las mejillas. Estaban yendo por Soobin a casa de uno de sus amiguitos y no quería que este lo viera así.

—Estoy bien, sólo que todo me causa ganas de llorar, el otro día lloré porque se me cayó un pedazo de kimchi al suelo y no lo pude levantar —murmuró formando un adorable puchero cuando estuvo mejor.

El alfa sintió que se podría derretir ante la imagen. Por un momento la idea de deshacer ese lindo puchero con un beso en esos carnosos labios cruzó por su mente, su corazón estaba latiendo más rápido de lo normal y su lobo se hallaba meneando la cola tratando de describir porque estaba sintiendo eso nuevamente después de algún tiempo.

Jimin era un omega bastante lindo y se estaba convirtiendo en una especie de debilidad para él, cosa que no quería admitir. Sabía que él todavía estaba pasando por un momento difícil con la crisis que le había dado al comenzar a aceptar que Eunwoo se había ido para siempre. Él ya llevaba poco más un año sin Taehyung, ir al grupo de apoyo le ayudó tanto que ahora podía hablar de él sin sentir que podría llorar.

Él ya lo había aceptado y esa era la última etapa del duelo.

Pero Jimin tenía sólo cuatro meses lidiando con eso, y estaba en cinta. Sabía que tenía más cosas que resolver aún. Por eso no lo presionaría con sus sentimientos recién descubiertos y a los que no les pondría nombre hasta que el mismo omega le diera alguna señal de que lo quería en su vida.

—No te preocupes, es normal que estés sensible, algunos embarazos son así —le dijo mirando de reojo el vientre perfectamente formado bajo un suéter ancho color azul cielo, sonrió de lado. —Aunque todavía me sigue dando risa el hecho de que hicieras llorar a un grupo completo de veinte personas hace unas semanas.

Jimin sintió que un poderoso calor se apoderaba de sus mejillas.

—Bueno en mi defensa soy el único omega embarazado del grupo, ellos no tenían porque ponerse a llorar.

—Esque te veías tan desolado, creo que a todos les causó sentimiento verte así.

Jimin rodó los ojos y se cruzó de brazos para poder mirar al frente. Se estaba preparando para responder con alguna locura propia de él, cuando de pronto sintió un pequeño golpe en las costillas. Abrió los ojos de par en par con sorpresa, sus manos se abrieron y corrieron a su vientre tomándolo, esperando que volviera a ocurrir. Jungkook lo miró de reojo preocupado al no escucharlo, al ver su expresión de susto, agradeció haberse detenido en un semaforo.

—¿Te encuentras bien?

—Ay, Dios, Jungkook —le dijo Jimin al borde de un ataque de nervios. —Ay, Dios, ay, Dios...

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