Capítulo 15

219 18 38
                                    

Matías entro por la puerta de su casa y dejo sus cosas encima de la mesa de la cocina mientras iba a su cuarto con una expresión bastante apagada

Luci: ¡Hola pa-! ¿Todo bien?

Matías: Si...

Gold: Ahora te cuento

Luci: ¿Qué le pasa?

Gold: Creo que enamoro a una animatrónica y al casi violarlo y robarle su primer beso creo que se siente mal

Luci: Debe ser también porque sabe que jugar con los sentimientos de alguien es malo 

Gold: Puede ser

Matías: Voy a dar una vuelta

Luci: Gold, no le acompañes... Quiere ir solo créeme

Gold: Comprendo 

Matías salió de casa y camino aparentemente sin rumbo por la calle pero en verdad estaba yendo hacia una fabrica abandonada que se encontraba a 10 minutos de su casa. Una vez allí fue hacía la zona más apartada de la entrada, donde se encontraban botes y barriles con agujeros de balas y botellas en el suelo donde la mayoría estaban rotas

Matías se sentó en una esquina y de un pequeño estante a su lado agarro una botella de cristal a su lado de la cual empezo a beber 

Matías se sentó en una esquina y de un pequeño estante a su lado agarro una botella de cristal a su lado de la cual empezo a beber 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(Por si les interesa saber que era)

Matías: Oh, esta entera. Genial... -comienza a beber- Ja, no pensé volver después de lo de Andrés... Pero que digo. JA JA JA JA JA si mi vida es una mierda. ¿Qué me esperaba? Es obvio que volvería, y esta vez por una tontería. ¿Solo por un beso? No puedo creer que ¨jugar con los sentimientos¨ de alguien me duela.... Bueno, claro que después de que te lo hagan, si duele...

Matías volvió a darle un trago a la botella y saco una 9mm P226 mientras la miraba con una mirada inerte, sin ningún sentimiento y a continuación apunto al frente suyo y disparo como si nada impactando la bala en un barril de metal oxidado

Matías: Menudo dote me diste Dios. Puntería con armas de fuego. ¿¡Por que mierda me diste esto?! No lo quiero, nunca lo quise. Esto a arruinado mi vida -le da un fuerte trago a la botella- ¡Si no fuera por esta maldición sería feliz!.... Que asco da el alcohol, me gusta. Me recuerda a mi

Matías siguió bebiendo mientras disparaba sin apuntar con precisión y acertar la mayoría de balas en el barril que tenia enfrente de al a 20 M. Una vez termino su licor simplemente tiro la botella al montón en la que se encontraban las demás y se quedo allí mirando a la nada y dejando en el suelo su pistola sin balas

Medía hora después Matías agarro su teléfono y se quedo mirando la pantalla apagada de este mirando su reflejo. Se odiaba, no podía aguantar su propia mirada, quería apartar la mirada pero simplemente no podía hasta que inconscientemente prendió la pantalla. Ya que lo había hecho no perdería el tiempo 

Un joven asesino con suculentas animatronicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora