Llámalo como quieras

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Azael

Al llegar a mi casa lo primero que hice fue ir directo a la cocina en busca de algo para comer.

Pero para mi sorpresa vi a alguien sentado en la mesa del comedor, estaba sentado de espaldas a la puerta por lo que no pude ver de quién se trataba.

Camine con paso firme para ver quién diablos era.
Mis padres saben a la perfección que no me gusta las visitas de ningún tipo.

- Que haces? — pregunté parándome atrás de él —

- Comer, no ves?

- Conmigo no te vengas a hacer el chistoso, cuando hablo me gusta que me den la cara.

- Y sigues siendo un HDP — se carcajeo dándose la vuelta para que viera de quién se trataba — tan rápido te olvidas de tu primo?

Lucio.
Hace mucho tiempo no lo veía, pero si que había cambiado.

Ya no quedaba nada del niño flacucho chaparro y con granos.

Ahora mide aproximadamente 1.80, se ve que ah trabajado su cuerpo, no queda ninguna señal de imperfecciones en su rostro, lo único que no ah cambiado es su cabellera oscura y sus ojos color cielo que heredó de mi tía Sam,

Pero que hace aquí?

- A qué veniste. — sus visitas nunca traían algo bueno.

- Me quedaré un tiempo, ya sabes negocios

Por que nadie me avisaba de cosas como esta.

Lucio es un empleado más de mi padre, ah vivido temporadas conmigo desde que a su madre la mató su cuñado ilenko, quedó huérfano y mi madre lo acoge cuando mi padre lo necesita cerca.

- Bien.

- Me contó tu madre que viven aún lado de los Moldovan, eh visto a su pequeña hija desde tu ventana, estaba acostada en una tumbona de su balcón leyendo creo. Y debo decirte que buena vista tienes az.

Algo no va bien... mis alertas se encendieron de inmediato.

- Como se llama ese bombón? — siguió — No me vendría nada mal tener un nuevo juguete en mi estadía aquí.

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- Vete con cuidado lucio — sentencié — con ella no.

- Valla... parece que la quieres para ti no?

- No digas mamadas.

- Olvídalo, se que no pondrías en juego el imperio de tu familia por... ella, aunque no te culparía si te la quisieras comieras, Az solo sería un polvo y ya.

- No haré nada con ella, lo juro.

- Bueno me alegra oír eso, significa que tengo el camino libre, no?

Me hierve la sangre

- Has lo que quieras pero ya deja de joderme.

Me largue de la cocina con una furia descomunal, se que lo más prudente sería dejar que hiciera lo que quisiera y ya, el es igual que yo, coje y desecha, simple y efectivo.

Pero esta ves es distinto... No puedo permitir que se acerque a ella, con ella NO.

Habia logrado que los estúpidos del instituto se alejaran de ella, no fue difícil solo bastó golpear a unos cuantos con un bate para que vieran que no jugaba, y esque eran tan obvios que babeaban por ella... cuando escuché al core back del equipo de futbol americano decir que la invitaría a salir no me pude detener.