Cap. 8 ⋆ Craig necesita ir a la iglesia

205 32 9
                                    

  Craig había programado su alarma para que lo despertara a las cuatro cuarenta y cinco de la madrugada.

  Se sentó en su cama, dormitando, realmente le costaba despertar temprano. Caminando aún un poco adormecido, lavó su cara con agua fría y se dirigió a la habitación de Tricia.

  Abrió la puerta procurando no hacer ruido, entró sigilosamente, dejó un chocolate sobre su velador y se quedó de pie frente a la cama, la arropó bien, acarició su rostro y sonrió.

—"Engendro... te quiero tanto. Lo lamento por ti, pero es mi deber como tu hermano" —pensó Craig, mirándola mientras dormía.

  Dio unos pasos atrás para tomar impulso, corrió hasta la cama de Tricia y se lanzó sobre ella, despertándola de inmediato.

—¡Feliz cumpleaños, Engendro de mierda!

—¡Mierda, Craig! ¡¡¡Mam...!!!

  Craig le cubrió la boca con su mano y la abrazó.

—¡Cállate!

  Tricia trataba de liberarse mientras Craig reía.

—Engendro, cállate. Mi papá se va a enojar si lo despiertas a esta hora. Si no me acusas te doy un regalo.

  Tricia frunció el ceño, tratando de hablar, pero Craig aún le cubría la boca.

—Tengo un chocolate. ¿Te vas a callar?

  Tricia asintió con la cabeza, pero Craig la soltó con precaución por si trataba de gritar nuevamente.

—¿De cuál?

—Con almendras.

—Dámelo, pero quítate de encima.

  Craig se puso de pie y le entregó el chocolate. Tricia se lo arrebató, lo dejó bajo su almohada y se acomodó para seguir durmiendo, pero Craig se sentó en la cama, haciéndola a un lado mientras se acostaba junto a ella, cubriéndose con el edredón.

—No, no, no. No te quiero aquí, vete.

—Pero quiero estar con mi hermanita.

—¿Ya viste afuera? Aún es de noche, vete de aquí.

—Tricia, no me interesa.

—¿Volviste a tener pesadillas?

—No, hace mucho tiempo que no sueño con eso.

—Entonces fuera de aquí, puedes venir aquí solo si tienes una pesadilla.

—Cinco minutos, por alguna razón tu cama es más cómoda que la mía.

—Eso es porque a mí me quieren más y me compraron una mejor.

—Jaja. Claro.

  Tricia se acomodó junto a Craig, apoyándose en su hombro, tomando su brazo.

—Craig... ¿Crees que volvamos a verlos?

  Craig apoyó su cabeza junto a la de Tricia.

—No sé. Espero que sí, a veces los extraño.

—Yo también. Karla y Rose siempre dicen que te extrañan. ¿Crees que los demás nos extrañen?

—Sí, yo creo que sí. Cuando supieron que nos íbamos a mudar lloraron muchísimo.

—Tú también, Craig. Jaja.

—Jaja. Sí, realmente no quería mudarme a este pueblo, pero ahora no imagino mi vida lejos de aquí.

—¿Por qué?

—Hice buenos amigos y... he conocido personas que no me hubiera imaginado ni en mis sueños.

En el nombre de la Luna [CREEK UA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora