—¡Bruja!
La gitana, que corría a toda velocidad delante suyo, no respondió ante su llamado.
—¡Elsa!
—¡¿Qué chucha quieres?!
Nuevamente el monasterio de las agustinas estaba bajo ataque, pero con la diferencia que el ataque parecía descoordinado, como si la formación enemiga buscase distraer más que hacer daño real. Paolo perseguía a Elsa, que había ido directo a la entrada, evadiendo a la gente que corría desesperada hacia un lugar seguro.
—¡Te acompañaré!
—¿Estás seguro?
—¿A qué te refieres?
Elsa se frenó por un momento.
—Está acá. Siento que el Bruto está oculto en algún lado.
Paolo frunció el ceño, sabía que la gitana era lo suficientemente fuerte como para defenderse sola y probablemente para poder darle pelea a Rodelindo Carrera, pero aún se corría un gran riesgo, puesto que seguía siendo un adepto excepcionalmente fuerte, incluso para estándares suyos.
—Con mayor razón —Paolo la miró a los ojos —, vamos por él.
—Andas simpático hoy —Elsa sonrío —, quedate así, ¿ya?
—¡¡¡Tú!!!
Luego de una carcajada, la gitana siguió su marcha seguida por el adepto. Al llegar a destino, un potente olor emanado de un extraño gas hizo que ambos fruncieran el ceño y comenzaran a lagrimear. Tres grandes presencias de maná se alzaron ante ellos, eran tres adeptos vestidos con grandes abrigos en distintas tonalidades de rojo: los colores utilizados por la Oficina Frontera.
—¡Miren quien salió! —la voz aguda de una joven fue lo primero que se escuchó.
—Es mucho más pequeña de lo que pensé que sería —un hombre de mediana edad habló con todo firme.
—Tengan cuidado oiga', sin... como que se decía oiga' —un hombre de edad más avanzada se trababa al hablar, con un tono campestre y despreocupado.
—¿Sin subvestimarlos?
—Eso mismo.
Elsa pudo ver mejor a los adeptos gracias a que se cubrió los ojos con maná, pero aún tenía problemas para respirar.
—Mierda, ¡están locos!, ¡y puede que aún hayan más alrededor o escondidos!
—Ve tú contra él.
—¿Qué?
—Yo me encargo de estos tres. Anda por el bruto.
—¡Paolo Vecci va a pelear contra los tres, que emoción! —la joven mujer, que al detalle se veía con coletas desordenadas y un pronunciado e indecente escote, exclamó visiblemente extasiada.
La gitana asintió, entendiendo la situación. Paolo, que también se había cubierto sus ojos con maná, comenzó a elevar su presencia mientras su compañera comenzaba a rodear el recinto religioso.
Repentinamente el huaso de edad avanzada tomó aire con fuerza, escupiendo un potente chorro de fuego que buscó impactar a la bruja, antes de que pudieran hacerlo, el vuelo de una flecha fantasmal que pasó por delante de la llamarada generó un muro de extrañas llamas verdes que protegieron a Elsa del ataque.
—¡Wow mira eso! —la mujer del escote aplaudió.
—¿Llamas verdes?, ¿estás orgulloso de trabajar para Echaurren, acaso? —el hombre de mediana edad, calvo y con la mitad inferior de su rostro quemado miró con condescendencia a Paolo.
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[Spin Off] Eterna: 1930
FantasyChile, 1932. Luego de que la Gran Depresión azotara al país como un vendaval, la convulsión política y social llega a su punto más álgido en el momento en el que, luego de un levantamiento masivo, el presidente Ibañez del Campo es derrocado. Suces...