"Amor en tiempos de tiza"

"Susurro de un corazón roto"

CAPITULO 4:

¿Alguna vez te ha gustado alguien? No, no me refiero a ese tipo de 'gusto' superficial que uno puede llegar a sentir por un actor famoso o por un personaje ficticio. Me refiero a ese tipo de 'gusto' que crece en lo más profundo de tu ser, un 'gusto' que parece abrumarte con su intensidad en los momentos más inesperados.

Conozco ese sentimiento. Lo conozco demasiado bien. En este momento, mi corazón late por un compañero de clases. Un chico alto, con una sonrisa magnética que desprende luz y calor a su alrededor. Sus ojos son de un color miel, brillantes y llenos de vida. Pero esos ojos, por mucho que anhele que sea de otra manera, nunca me ven de la forma en que yo lo deseo.

Cada día, lo observo desde lejos, absorbiendo cada detalle de su ser. Admiro la forma en que puede cambiar el ambiente de un lugar con su mera presencia. Cómo parece captar la atención de todos a su alrededor con su risueña sonrisa. Pero siempre hay una punzada en mi pecho al recordar la realidad. Porque él, el chico que parece ocupar todos los rincones de mis pensamientos, tiene novia. Y no soy yo.

Por eso, sé lo que significa cuando alguien dice que le "duele el corazón".

Yo, Chiara, conozco muy bien ese sentimiento, y cada día parece intensificarse. No porque mi amado me cause dolor, no. Es porque estoy perdidamente enamorada de alguien que es totalmente ajeno a mis sentimientos.

Incluso ahora, mientras escribo estas líneas, sus risas felices suenan a lo lejos como notas de una canción demasiado agridulce. Con cada risa que comparte con ella, mi corazón sangra un poco más. Sin embargo, no puedo evitar adorarlo desde las sombras.

Es doloroso. Por supuesto que lo es. Pero hay una especie de triste dulzura en este amor no correspondido. Enamorarme de alguien que probablemente nunca será mío, alimenta mis noches solitarias con pensamientos acerca de lo que podría ser. Aunque suene trágico, parece ser justo lo que necesito en este momento.

Pero a pesar del dolor y la agonía, sigo aquí, observando desde lejos, alimentando un amor imposible. Día tras día, noche tras noche, sueño con un mundo en el que Dylan me vea, me quiera y me elija. Un mundo en el que no esté sola.

Y aunque sé que todo esto es una fantasía, no puedo evitar desearlo. No puedo evitar esperarlo. Porque, al final del día, el amor no correspondido es el mayor acto de amor propio, de auto-tortura y de fe.

Si me preguntas por qué me aferro a estos sentimientos, no sé qué contestarte. Pero sé que, por ahora, este amor unilateral es como un faro en la noche para mí. Así que, aquí estoy, navegando por las aguas turbulentas de este amor no correspondido. Continuaré soñando, esperando y anhelando, hasta que pueda liberarme de esta amarga y dulce tormenta llamada amor.

Pero mientras ese día no llegara, seguiría esperando con paciencia, adorando a Dylan desde lejos. Porque, después de todo, es el amor sofocado y oculto el que arde con la mayor intensidad.

Este es el inicio de mi relato. Un relato de amor no correspondido. Mi amor, por Dylan.

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Nos leemos...