1♥︎UNO♥︎

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Hoy era su último día en Australia. Felix se encontraba en su habitación, mirando por la ventana hacia el cielo azul y despejado, sintiendo que cada rayo de sol era un recordatorio de lo que estaba a punto de dejar atrás. Tenía 20 años y había terminado sus estudios de gastronomía, un logro que había alcanzado con el amor y apoyo de aquellos que lo criaron, sus padres adoptivos. Pero hoy, el peso de la despedida era abrumador.

Mientras observaba la vida cotidiana que se desarrollaba en la calle, las risas de los niños jugando, los murmullos de los vecinos, se preguntaba si alguna vez podría olvidar su dolor. Había momentos en que el recuerdo de su infancia lo llenaba de alegría, pero otros en los que la tristeza lo ahogaba. La vida no siempre había sido fácil para él; había perdido a su bebé en un trágico accidente, un evento que había marcado un antes y un después en su vida. Aunque sus padres adoptivos lo habían rescatado cuando más lo necesitaba, la culpa y el dolor por la pérdida lo seguían persiguiendo como sombras.

—Felix, ¿estás listo? —la voz de Jisung interrumpió sus pensamientos, rompiendo el silencio que lo envolvía.

—Casi, dame un segundo —respondió, tratando de ocultar la turbulencia emocional que lo invadía.

Se levantó y miró su reflejo en el espejo. Vio a un joven con ojos tristes, pero con una determinación que empezaba a crecer dentro de él. Sabía que debía dejar atrás la tristeza para poder avanzar hacia un futuro incierto, pero lleno de posibilidades. Jisung, su mejor amigo y apoyo incondicional, lo acompañaría en esta nueva aventura.

Mientras Jisung esperaba en la sala de estar, Felix se detuvo un momento en el marco de la puerta, sintiendo que cada paso que daba lo alejaba de lo familiar. Había tanto que había experimentado en este lugar, tanto amor y dolor entrelazados. Pero a medida que se acercaba a la salida, recordó las palabras de sus padres adoptivos: “Las cosas no se olvidan, se superan”. Decidido a honrar su memoria, salió y cerró la puerta detrás de él, como si dejara atrás un capítulo de su vida.

El camino hacia el cementerio fue un viaje lleno de emociones. Jisung, que conocía la historia de Felix, condujo en silencio, respetando el momento. Felix miraba por la ventana, viendo cómo los paisajes cambiaban lentamente, recordando los días soleados que pasaron juntos, las risas compartidas, y cómo, a pesar de todo, siempre había sentido el apoyo incondicional de su familia.

Al llegar al cementerio, el aire era fresco y una tranquilidad solemne envolvía el lugar. Con un ramo de flores en la mano, Felix avanzó lentamente hacia las tumbas de sus padres. Cada paso resonaba en su corazón, recordándole todo lo que había perdido y ganado. Se arrodilló, sintiendo el frío del suelo, y colocó las flores con ternura.

—Hola, mami, papi —saludó, su voz quebrada por la emoción—. Hoy es un día difícil para mí. Estoy a punto de embarcarme en una nueva aventura, y quería despedirme de ustedes. Sé que debería haber venido antes, pero el dolor fue abrumador. Perdí a su nieto, mi bebé, y pensé que nunca podría salir de esa tristeza.

Las lágrimas empezaron a caer por su rostro, resbalando por sus mejillas. —No sabía cómo seguir adelante, pero Jisung estuvo ahí, ayudándome a encontrar un camino. Ahora estoy a punto de mudarme a Corea del Sur, un nuevo lugar lleno de oportunidades, y necesito que estén conmigo en este nuevo capítulo.

Recordó cada momento feliz que había compartido con ellos: las noches de películas, las comidas familiares, las enseñanzas de su madre en la cocina, y cómo su padre siempre estaba ahí para consolarlo. —Los extraño tanto —susurró, su voz temblorosa—. Extraño sus abrazos, sus risas, nuestras cenas juntos.

~♥︎I'll wait for you♥︎~         --HYUNLIX--Donde viven las historias. Descúbrelo ahora