Capítulo 2. Ilusiones

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Hay situaciones en las que el ser humano no está solo, sin embargo siente soledad. ¿Cuál nombre tendría que llevar dicha condición?

Ese sentimiento de tristeza en el fondo de nuestra alma que no tiene una razón exacta.

Pensamientos que se cruzan y producen un bajon emocional de la nada, un sobre pensamiento que nos lleva a un suspiro sentados en el filo de la cama.

Luego de eso, nuestros días se vuelven a repetir...

Miro al cielo sentada en una banqueta mientras espero que se haga tiempo para rendir un exámen...

Juego con mi cabello, rompiendo las puntas abiertas o el cabello quebradizo, mi amiga fue a comprar algo para comer mientras seguimos en la espera, con suavidad el viento mueve mi cabello rubio que ahora me llega a la mitad de la espalda. Cuando los rayos del sol tocan mi cabello estos resplandecen es un dorado casi platinada y es la única razon por la cuál no tinturo mi cabello.

Veo a unos chicos jugar futbol en la cancha y recuerdo que en dos años me graduó de la universidad como maestra de preescolar.

- No había una mierda en ese bar, pregunté por un sándwich pero el pan estaba más aguado que mis piernas cuando corro-  aguantó la risa, mientras se sienta dramáticamente- tuve que comprar unas papas y refrescos.

Acepté lo que me trajo mientras ella abría ambas gaseosas con los dientes.

- Esas habilidades tendrás que ponerlas en tu currículum- le aconsejó y casi se atora.

- Solo si trabajará en un bar me serviría, sin embargo tendré que trabajar como maestra de adolescentes que huelen a sudor después de jugar educación física - ambas reímos.

- Bueno, si vendes antitranspirantes te volverás una maestra rica-  ella negó con la cabeza

- Lo tendré en mente ¿oye porque elegiste ser maestra de preescolar ?- su pregunta me tomó por sorpresa, nos conocemos hace años pero no suele rebuscar en mi vida

- Los adolescentes son  rebeldes, amargados y quieren vivir al límite su vida. No podría soportar estar pendiente porque no se maten, odio a los adultos y los niños me parecen que están en un punto donde su inocencia te hace comprender su comportamiento, quiero formar a buenos niños y educarlos. No dije por ofender lo de los adolescentes- me defendí.

- No te preocupes tengo siete hermanos, tratar con ellos es fácil cuando sabes cómo son, a mí parecer puedes tomar mejor su educación y mostrarles como será la vida adulta. - entendí su argumento

- Ambos puntos son válidos. Bueno mientras ganemos dinero será lo de menos - comenté y ambas afirmamos aquello con una carcajada

- Y cuéntame ¿ya hay alguien en tu vida? - Deva me miraba fijamente mientras arqueaba las cejas

- Ya no soportaría otro corazón roto- admití

- Eso decimos pero nuestro corazón siempre volverá a amar. - tomó la basura y la colocó en el cesto que estaba unos tres metros más allá, cuando ella volvió venía con más argumentos - no puedes dejarte llevar por malas experiencias. La vida sigue.

- Tú más que nadie conoce mi historial de fracasos amorosos. Déjame enumerar a esos imbéciles. 1; Guido me puso los cuernos, 2;Asher era bi se beso con un hombre y de paso le coqueteaba las amigas. 3; Lisandro se enamoro de otra chica por suerte rompió conmigo antes de estar con ella. Con tan solo 20 años el ser humano masculino no me da esperanza alguna de tener la capacidad de formar un futuro junto a alguien.

- Pero ellos son los idiotas no tú, no todos son así.

- No quiero averiguar teorías con el riesgo de salir herida. - suspiro - solo quiero graduarme, tener dinero y ser feliz.

El supremo protector Donde viven las historias. Descúbrelo ahora