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31 de Julio de 1971
Habían pasado 9 años desde que aquellas niñas habían llegado al orfanato, y aún después de tanto tiempo, las niñas seguían esperando a ser adoptadas, y no es que no las quisieran o algo así pero cada que alguien trataba de separarlas ocurrían cosas extrañas. El suceso más reciente había ocurrido hacía 4 meses, una pareja quería llevarse a una de ellas, Christine, pero en ese momento todas las luces comenzaron a apagarse y encenderse, ambas niñas gritaron, se fue la luz y la pareja salió corriendo despavorida de aquel orfanato.
La realidad es todos en aquel lugar les temian a las hermanas Wayne incluso el personal del orfanato, incluso la señora Davies quien las trataba con dulsura y amabilidad no dejaba de temerles, pero sobre todo, los demás niños, por lo tanto no dudaban ni un segundo en murmurales que eran raras, o en esconderles sus cosas, o en esconder insectos o animales pequeños en sus camas, ropa, sillas e incluso una vez, en la avena del almuerzo; pero claro siempre anonimamente. Y todo eso en especial a la más pequeña de ellas, Alya ya que a diferencia de su hermana y a pesar de ser la más pequeña, era bastante antisocial, no solía hablar con nadie más que no fueran su hermana, la señora Davies, algunos profesores, y el señor Green, quien era el amable encargado de la limpieza en ese lugar. Y puesto la falta de amigos, desde muy pequeña había tomado el habito de la lectura, tomando todo tipo de libros donados por la caridad y pasando largos ratos leyendo sobre todo tipo de cosas.
En fin, hacía unas horas una extraña señora regordeta con aspecto alegre había llegado y preguntaba por Christine, había hablado con el director del orfanato y después había entrado al dormitorio de ambas niñas para hablar con la mayor de ellas. Su hermana menor se encontraba escuchando al otro lado de la puerta, y no es que usualmente tuviera hábitos chismosos pero aquello le resultaba extrañamente sospechoso. Y es que cómo no sospechar si la charla se trataba sobre una escuela de... magia.
— Entonces... dice que... ¿voy a aprender magia, cierto? —preguntó lentamente la niña al otro lado de la puerta.
— Sí, así es señorita, y no solo la aprendería si no también la controlaría, porque me han contado por ahí que usted y su hermana a veces tienen... accidentes, ¿no es así?
— Si, algo así— Christine lo medito unos segundos con la mirada fija en sus pies, para después levantar la vista, viendo directamente a los ojos de aquella mujer— oiga no se lo tome a mal, es que si me encantaría pero, yo no voy a ningún lado sin mi hermana-- Alya sonrió triunfante al otro lado de la puerta "eso es Christine, dejaselo claro" penso la niña.
— Bueno, pues en caso es su dia de suerte señorita Wayne, claro que su hermana podrá ir, solo tendrá que esperar un año más ya que aún no tiene la edad para ingresar al colegio.
— ¿Osea que si puede ir? — pregunto emocionada la niña.
— Por supuesto que sí.
— Aun así no estoy tan segura, porque ella la pasa muy mal aquí ¿sabe? yo soy su única compañía... aunque por otro lado, seguramente a ella no le molestaría digo, es una escuela de magia— Christine lo medito una vez más, hasta que finalmente se decidió— si, está bien, iré a esa escuela de magia-- "traidora" penso Alya entrecerrando los ojos
— Muy bien señorita Wayne, ahorita mismo mandaré una carta afirmando su plaza en Hogwarts y el día 1 de septiembre algún otro profesor vendrá por usted para acompañarla a comprar sus útiles y claro llevarla a la estación King's Cross de donde saldrá su tren hacia Hogwarts; ah y no tiene que preocuparse por los adultos de este lugar, ni tampoco por el dinero. Nosotros nos encargaremos de eso, con su permiso señorita— La mujer sonrió a modo de saludo y salió por la puerta del dormitorio.
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Las Sombras del Castillo
FanfictionChristine y Alya un par de hermanas que son llevadas a Hogwarts, Christine asignada a Gryffindor, donde conocerá a sus mejores amigos, los merodeadores. Y por otro lado Alya que será asignada a Slytherin la cosa aquí es que al conocer al amigo de su...