capítulo 6

181 13 3
                                    

Cogí la guitarra y la examiné detenidamente, estaba un poco vieja, pero sus cuerdas se mantenían intactas, como si esos 3 años no hubieran pasado. Coloqué la guitarra y me puse a tocar los acordes de mi canción favorita, me los sabía casi de memoria. Una magnifica sensación recorrió todo mi cuerpo, como cuando me sobrecogía la noche en su total oscuridad. Hecho de menos esos tiempos en los que no me importaba nada ni nadie y sobretodo cuando no lloraba, no sentía dolor, tristeza, alegría... ¡Nada! Y aún así era feliz.

—Eras feliz porque vivías como tú querías, porque vivías al margen de tus emociones y eso te encantaba, te encantaba no poder sentir nada cuando clavabas tus colmillos en el cuello de aquella pobre víctima inocente—reconocí la voz, era el consejo de vampiros— y mírate ahora, eres capaz de atacar a los nuestros por uno de los suyos—se agachó delante de mi

—Esto no es una guerra, aquí no hay bandos —dije apartando la mirada.

—Y bien... ¿Qué elijes?— me enseño su reloj de bolsillo— las 24 horas han pasado

—Lo haré yo—intenté bloquear mis pensamientos para que no me leyera la mente y supiera mi verdadero plan.

—Perfecto...—sonrió y desapareció en la nada.

Sentí que otra persona se acercaba a mi, su olor era inconfundible

—¿Qué tienes pensado hacer?

—Voy a hacer lo que mejor se me da, voy a luchar, mentir, engañar...—dije sin mirar a mi hermana pequeña— en esta guerra no me conformaré con poca sangre

—¿Le vas a hacer daño?

La miré con mis típicos ojos rojos que ya estaba acostumbrada a llevar

—No

Sonrió y corrió hacia mi para darme un abrazo

—Venga vamos, es muy arriesgado estar aquí—le dije

—nos hemos adentrado demasiado, no sé donde está la salida

—Pero yo sí —dije con mi típica sonrisa

La cargué en mi hombro sin que pudiera quejarse antes y salté a la copa del árbol mas alto que encontré (Mi hermana tiene miedo a las alturas, un pequeño susto no le vendrá nada mal)

—¡Bajame de aquí!¡sueltame! ¡Bajame de una vez!— no paraba de gritar y repartir puñetazos en mi espalda.

—como desees—la solté

No paraba de gritar

—¡Oh vamos! No está tan alto— le decía desde la copa de aquel gigantesco árbol.

Esperé a que estuviera un poco más cerca del suelo y salté a su rescate utilizando mi rápidez y mis reflejos de vampiro

—¡NO VUELVAS A HACER ESO! ¡EN TU VIDA!

Yo me reí a carcajadas y alzé el vuelo

—¿Es seguro volar si es de día?—preguntó ella tapándose los ojos con ambas manos mientras yo la tenía sujeta

—No, pero me da igual, llegaremos más deprisa

(...)

—recuerdame que nunca viaje contigo a ninguna parte

Me reí ante su comentario y le revolví el pelo

—Adiós pequeñaja—le dije

—¡Oye! Que no soy tan pequeña—se cruzó de brazos

—Ya... Porque cruzarse de brazos es muy maduro ¿No?

Inmediatamente descruzó los brazos y entró en la casa. Yo volví al bosque y me quedé allí un rato más, hasta que alguien volvió a romper mi tranquilidad

—Lo siento, no quería molestarte— dijo Luca

—No pasa nada, estaba intentando componer algo, cuando era más pequeña siempre lo hacía cuando estaba de bajón—le dije apuntando en un papel unos acordes

Se sentó a mi lado

—¿Y por qué estas de bajón?

Dejé de escribir y me detuve a mirarle a los ojos. Dejé la guitarra en la hierba y me giré para mirarlo de frente

—¿Nunca te han dicho que hagas algo que no quieres hacer?

—Constantemente—sonrió.

—pero esto es distinto, si no lo hago podría perjudicar a una persona que quiero mucho

Me miró extrañado

—¿A quién podrías perjudicar?

Ojalá pudiera reunir el valor para contárselo y decirle que era él, pero como siempre decidí mentir

—A mi hermana

—Ah... — me miró fijamente a los ojos— Yo te aconsejaría que escogiras la opción que crees correcta, y que nunca mires atrás al escoger ya que hacer eso es signo de debilidad—sonrió.

—Gracias—le devolví la sonrisa

—¿Vamos?—se levantó y me ayudó a levantarme.

Nuestra paz se rompió en cuestión de segundos, cuando escucho a lo lejos a unos Ergnas, intenté salir de ese bosque lo mas rápido posible pero es imposible hacerlo sin utilizar mis habilidades. Lo único que se me ocurrió fue ponerle a Luca la capucha y así mataba dos pájaros de un tiro, perderían su rastro y no lo reconocerían

—Vamos—practicamente le llebaba a rastras

—¿Por qué tanta prisa?—dijo con la capucha aún puesta

Me inventé una excusa rápida.

—Pues... Porque si llego tarde a casa me matan—aumenté el ritmo

Pero los Ergnas nos habían alcanzado. Uno de ellos paró el tiempo, solo podíamos movernos los vampiros

—dejame adivinar—dije—tienes el don de parar el tiempo

—¿como lo has adivinado?—dijo él irónicamente. Se quitó la capa que llevaba y pude reconocerlo. Pelo castaño, perfectamente peinado, abdominales definidos, estatura media y muy muy atractivo— ¿contenta por volver a verme?

—No, a decir verdad no

—¿Como pudiste dejarme por este estúpido humano?— (Si, el guapísimo vampiro fue anteriormente mi novio) se acercó a Luca pero yo lo evité dándole un empujón y haciendo que se llevara por delante a dos de su grupo. Se reincorporó rapidamente— veo que sigues siendo igual

—Si, ya sabes que no me gustan los cambios— me hize la inocente (eso le vuelve loco) me fui acercando a él poco a poco y cuando me acerqué lo suficiente le di una patada en la entrepierna.

Se tiró al suelo y se retorció de dolor

—No creo que quieras otro golpe así ¿verdad?

Negó con la cabeza

—Pues alejate de mi, no quiero volver a verte ¿Quedó claro?

Asintió aún tirado en el suelo.

—Ah. Y de paso deja de parar el tiempo

Se levantó del suelo con ayuda de sus amigos y desaparecieron en la nada, al cabo de unos segundos el tiempo volvió a ponerse el marcha.

—¿Qué ha pasado?—preguntó Luca confundido

—Nada—me puse a su altura—venga, salgamos de aquí





Si necesito sangre me conformo con un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora