capítulo 2

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Me hizo pasar a la cocina, allí me esperaban un hombre aparentemente un poco mas mayor que la mujer que me abrió la puerta, una niña mas o menos de mi edad y el vampiro del siglo XVIII

- bienvenida a nuestra casa, victoria- dijeron todos menos el vampiro del siglo XVIII, que solo sonrió

-¿Por qué estas aquí?- me dirigí al del siglo XVIII después de regalar una sonrisa falsa a mis anfitriones en agradecimiento por la "bienvenida"

-me mandaron para vigilar que llegaras, ya sabes...

Le miré mal.

¿Enserio creen que necesito una niñera? Lo que me faltaba ¿No es suficiente con este castigo?

-Bueno, yo ya he cumplido mi trabajo-hizo un reverencia-gracias por su hospitalidad- hechó a andar en dirección a la puerta y salió de la casa.

-¿Dónde está mi cuarto?-le pregunté a la señora.

-Está en la planta de arriba, la primera puerta a la izquierda

-Gracias-cogí mis maletas y subí esas infinitas escaleras, cuando llegué a mi cuarto tiré las maletas en el suelo y me dejé caer en la cama, espera... ¿Por qué una cama?

-Lo creas o no tenemos muchas visitas, tenemos que aparentar que somos humanos, no vampiros- dijo la niña entrando a la habitación

-¿Lees la mente?

-Si, todos los vampiros pueden hacerlo

-ya... Pero creí...-me interrumpió

-como soy vegetariana creíste que nosotros no podiamos-se sentó en en la cama- lo creas o no, tú y yo somos vampiros, aunque con distinta mentalidad

-Lo que tú digas ¿Ahora puedes dejarme sola?

Se levantó de la cama y caminó hasta la puerta- por cierto, el ataúd está escondido, está dentro de la pared-salió del cuarto

Me levanté de la cama e inspeccioné todo el cuarto hasta que lo encontré dentro de la pared, al lado de la cama, me tumbé allí y esperé a que pasaran las horas, pero al cabo de media hora ya tenía sed, entonces bajé pero no encontré a nadie, aunque había una nota pegada en la nevera en la que decía:

Hemos salido a cazar algún animal al bosque, si no te apetece venir tienes bolsas de sangre humana en la nevera

Abrí la nevera y solo encontré comida de humanos, tarta de chocolate, agua mineral y coca-cola pero ni rastro de las bolsas

Volví a releer la carta y en la parte de atrás había algo escrito

Tienes que sacar la bandeja de abajo, allí esta el compartimento secreto con las bolsas de sangre

Tiré la nota a la basura y seguí las instrucciones, cuando cogí una bolsa mis colmillos se afilaron inmediatamente y no me quedó mas remedio que morder la bolsa

¿Cómo he podido caer tan bajo? ¡Soy un depredador! ¡Necesito cazar!

Cuando terminé la bolsa la tiré y me dirigí rápidamente a la puerta, justo cuando voy a salir me encuentro con un chico a punto de llamar al timbre

-¿Quién eres tú?-le dije al sentir el olor de su sangre ¡Es humano!

-Soy Alex

-Yo me llamo Victoria

-¿Estas bien?-dijo un poco extrañado

-Si ¿Por qué lo preguntas?-dije intentando ocultar los colmillos y reprimiendo mis ganas de morderle

-Porque tienes la boca llena de sangre

- Ah. Si, estoy bien no te preocupes-me quité la sangre con la manga-¿A qué viniste?

-había quedado con Ana para hacer el trabajo que nos mandaron en el instituto

Ana debía ser el nombre de la hija de los dueños de la casa

-¿Ana va contigo al instituto?-pregunté incrédula.

¿Desde cuando un vampiro va al instituto? ¿Y desde cuando va a uno con humanos?

-Si, no es tan raro- se rió

-Ahora mismo ellos no están, pero volverán enseguida

-¿Puedo entrar mientras tanto?

Los vi correr hacia aquí a lo lejos, con la boca llena de sangre y un cadáver de animal en la mano (Y luego yo soy el monstruo que no sabe guardar las formas)

-Si claro, entra- le metí rápidamente en la casa y cerré la puerta.

Cerré los ojos y respiré hondo, intentando ocultar mis colmillos y controlando mi sed (juro que esto es lo más duro que he tenido que hacer en mi vida)

-¡parad!

Se pararon al instante

-¿Qué ocurre?-dijeron a la vez

-Hay un chico llamado Alex, es humano

-¿Alex? Pero si le dije que viniera mañana-dijo Ana

-Pues parece que no fue eso lo que entendió

-¿Le has mordido?-preguntó ella.

-¡No! Pero tuve muchas ganas-me mordí el labio

Se quitó la sangre con un trapo que había detrás de un árbol y entró

-¿A ella le gusta?- le pregunté a sus padres cuando se fue

-no sé, tal vez... No nos cuenta demasiado sobre sus cosas-me contestó la mujer

-¡Eso es horrible! ¿Cómo puede gustarle un humano? ¡Eso va contra las reglas!

-¿Y? Las reglas no pueden decirle a una persona como tiene que vivir su vida o de quien tiene que enamorarse, porque ese es un tema del corazón, y eso no está escrito en ningún libro-me respondió ella de nuevo

-si no mírate a ti-dijo el hombre

-¿Qué pasa conmigo?

-estás tan ensimismada con tus colmillos que has olvidado tener corazón, mira a dónde te ha llevado eso

-Los Ergnas somos así, no intentes cambiar lo que soy

-Pero los tiempos han cambiado ¿Por qué no empiezas a pensar de forma diferente? Acostumbrate a esta vida, porque todavía te queda mucho tiempo aquí, te guste o no

No querría seguir escuchando, corrí todo lo que pude y me adentré en el bosque, me tumbé a la sombra de un árbol y me adentré en mis pensamientos hasta que un ruido cercano me interrumpió, era... ¡un humano! ¿Por qué me atraía tanto su sangre?

-Perdón, no quería molestarte, yo...- la voz del chico era suave y tierna, lo reconocí enseguida ¡Era el chico que estaba persiguiendo la noche anterior!- Soy Luca Scoth-se presentó

No le dije mi nombre y salí de allí inmediatamente antes de hacer algo que deseo con todas mis fuerzas pero que no debería hacer, morderle.

Si necesito sangre me conformo con un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora