BlitzFizz week 2024

Besos y celos: Eternal sunshine

La muchacha de hermosos cuernos negros y brillantes se reía de cada una de las bromas que le decía Blitzo. Ambos estaban por detrás de los telones de los ensayos en el circo. El imp le sonreía con confianza, con ese descaro que lo hacía encantador. Se cruzó de brazos, se acercó para susurrarle algunas cosas al oído a la imp que tenía su edad, y que era una de las malabaristas del circo y de las amigas de Barbie.

Finalmente, luego de cruzar risas cómplices y miradas fugaces, se miraron a los ojos y el clima se volvió jovial y enérgico. Blitzo dio el paso entre ambos, le rodeó la cintura con sus manos y se acercó a su rostro para besar sus labios. No tenía tanta experiencia, pero la suficiente como para tener la confianza para tomar las riendas del beso. Eran adolescentes, y sus hormonas estaban explotando después de todo.

Se separaron cuando escucharon como una gran cantidad de vasos de vidrio cayeron al piso hasta hacerse trizas.

Fizzarolli los miró con sus grandes ojos shockeados. No podía salir de su asombro... Sin embargo, la sorpresa se convirtió en amargura en menos de un par de segundos. No le gustaba ver esa escena, era doloroso, era triste. Nunca había sentido tantas cosas malas al mismo tiempo. Era sufrimiento y también era rabia y confusión. ¿Por qué Blitzo estaba con otra persona que no era él? ¿Acaso él no era suficiente?

Se dio la vuelta y salió corriendo con lágrimas en los ojos. No sabía cómo manejarlo, su pecho dolía y era tan agobiante que las lágrimas no dejaban de salir.

Blitzo no tardó en alcanzarlo, lo sujetó de la muñeca desde atrás y lo detuvo.

—Fizz, espera —estaba alterado. No sabía manejar la situación, pero ellos definitivamente tenían que hablar al respecto.

—¿Por qué la besaste?! —Fizz volteó hacia Blitzo con las mejillas empapadas en lágrimas. No podía comprender nada de lo que sucedía y tampoco podía asumirlo.

—¿Cómo que por qué?! ¡Tú besaste a Brad, el estúpido payaso, el fin de semana! —le reclamó Blitzo volteando el tablero—. Carajo, ni siquiera es atractivo.

Soltó a Fizzarolli, se cruzó de brazos lleno de indignación y le corrió la cara. Un pedazo de su corazón también se rompió al ver lo que Fizz hacia con otros chicos cuando él no estaba cerca. Él no podía reclamarle nada y ofenderse, no tenía derecho de nada porque él fue el que empezó a estar con otros sin siquiera haber hablado al respecto.

—¡Eso fue un juego! ¡Tú estabas ahí! ¡Fue un juego! —le respondió Fizz con voz llorosa y también indignada—. En cambio, tú... Tú estabas... con ella. Te gustaba, te gusta.

La última vez que besó al idiota de Brad fue en un juego de bebidas en donde todos los más jóvenes del circo estaban con todos y, sumando que él no toleraba bien el alcohol, todo se desdibujó en algún momento de las cosas. Fizzarolli no podía dejar de sentirse herido, porque no podía borrarse la manera en como Blitz miraba a esa chica, la sujetaba como lo sujetaba a él y se reía con ella como se reía con él.

—¡Yo estaba ahí! ¡Por eso mismo me jodió! —Blitzo lanzó sus argumentos, porque en medio de ese juego de bebidas, él estaba presente— ¡Lo hiciste delante de mi!

Ambos se quedaron callados. Y aún así, aunque Blitzo sabía que también tenía motivos para estar molesto, observó a Fizzarolli y su enojo comenzó a desaparecer. Fizz solo bajó su rostro, arrepentido porque fue el primero que empezó esa mierda y se lo merecía. Sin embargo, seguía doliendo. Y no sabía por qué. Lloró en silencio, sabiendo que no tenía derecho. Clavó su mirada triste en el suelo y sus lágrimas siguieron cayendo.

—Lo lamento... —Blitzo se doblegó. No podía verlo llorar. Era incluso más doloroso que lo que sucedió.

Con un rostro preocupado, lo abrazó y lo apegó a su pecho. Fizzarolli tampoco podía estar molesto ni mucho menos, lo abrazó con mucha fuerza. Odiaba pelear con Blitzo y mucho más por algo así.

—Yo también... No volveré a besar a Brad —le dijo sobre su hombro, dando su palabra—. Y tú tampoco vuelvas a besar a Sally. Nunca más.

Le ordenó aquello con una voz más firme. Ellos no tenían un noviazgo como tal y los límites no estaban establecidos. Pero en ese momento, trazaron el primer límite para no lastimarse mutuamente.

—¿Estás celoso de una chica como Sally? —Blitzo se rio un poco al frotar la espalda de Fizzarolli. Incluso su inseguridad era algo tierna.

—Es una chica... —le susurró el contrario, sabiendo que quizá él no tenía todas las cosas que las chicas tenían y que probablemente a Blitzo le gustaban.

—¿Y? Tú eres un chico —Blitzo besó su cuello y sonrió al sentir la calidez de su piel tersa—. Y el chico más increíble y lindo que he visto.

Fizz se sonrojó al sentirlo, lo abrazó con más fuerza y sonrió al tenerlo unido a él.

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"No me importa lo que diga la gente
Ambos sabemos que no podría cambiarte

Supongo que se podría decir lo mismo de mi
No puedo reorganizar la verdad

Te mostré todos mis demonios, todas mis mentiras
Sin embargo, me jugaste como Atari
Ahora es como si me estuviera mirando en el espejo
Espero que te sientas bien cuando estés en ella.

Eres solo mi eterno sol
Así que trato de borrar mi mente
Sólo para sentirme menos loco."