Capítulo 3

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Nada, otra vez nada. No había avanzado tan siquiera un poco con mi hermano... tres días desde que llegó y a penas lo veía cuando pasaba cerca mío. El día anterior toqué la puerta de su habitación, él preguntó quien era y al saber que se trataba de mí solo escuché el seguro ponerse... de ahí no volvió a hablar cuando yo tocaba la puerta, y mucho menos salir.

Me estaba evitando claramente.

Creí que al despertar estaría más animado que la noche en que llegó... bueno, al final se suponía que su comportamiento solo era por el sueño, pero no, estaba peor que el primer día.

Y lo peor era que esta vez no me estaba siendo tan fácil sacarmelo de la cabeza. Incluso soñaba con él... tal vez se debía a que Bill ya no estaba lejos de mí y ahora solo nos separaba una pared.

¿Cuál era el problema? Bill siempre había sido más animado que yo, que mi madre y que todos en la casa cuando éramos unos niños... pero ahora estaba callado siempre, misterioso y en clases ignoraba a todos, incluyendome. Lo peor era que mi suerte era tan mala que nos tocó en distintas aulas.

Bien, ¡Pero hoy sería distinto! Hoy si o si hablaríamos. Había planeado un super e increíble plan para encontrarnos, nada podía fallar. Para eso me había levantado una hora antes de lo normal y me metí en el baño con los audífonos puestos, aunque no tenían música, y esperé pacientemente.

Así estuve durante toda esa hora, y aproveché para cambiarme, recoger mis rastas y ponerme la gorra. Ya con eso estaba listo, o bueno, no hasta que me coloqué mi característico perfume con ese aroma cítrico que tanto me encantaba.

Estuve viéndome al espejo todo el rato. Quería estar bien para mi hermano, no importaba si al verme se iba, con saber que no pudo seguir escondiéndose de mí era suficiente.

La puerta fue tocada y de inmediato entré en mi papel, era hora de iniciar el plan. Comencé a fingir arreglarme nuevamente cuando por segunda vez tocaron, sin responder a propósito, y tal como creí, la puerta se abrió cuando Bill estuvo "seguro" de que nadie estaba dentro... pero fue entonces que yo no supe si hice bien cuando lo vi a través del espejo.

Si lo llegaba a ver era en clases o saliendo de estas, siempre bien vestido, peinado y maquillado.

Pero ahora claro, estaba desprevenido. Era la primera vez que lo veía así, sin maquillaje... y sin camiseta.

Se quedó paralizado, igual que yo, por un corto momento, pero reaccioné en seguida, girandome en su dirección para quitarme los audífonos. - Bill, lo siento... no te escuché, tenía los audífonos a todo volumen.

-No te preocupes. - se limitó a responder, aclarandose un poco la garganta con incomodidad.

-Bueno...

-Adiós. - me interrumpió y se dió vuelta, con intenciones de irse, o bueno, huir, como estos tres días desde que llegó, pero no, esta vez no me dejaría así. Fui detrás de él y mi mano se cerró en su muñeca para detenerlo, a lo que reaccionó de forma agresiva, alejándose de mí. - ¿Ahora qué?

-Bill... aprovechando que estamos aquí... ¿Crees que podamos irnos juntos a clases?

Directo al punto o se iría.

-¿Juntos? Tenemos dieciséis años, ya no necesitamos salir acompañados de nadie.

-No es que lo necesite, solo quiero que nos vayamos juntos para hablar un poco... - mi vista se desvió de su rostro a medida que hablaba y fruncí un poco el ceño. - ¿Y eso? ¿Cuándo te tatuaste? - me fue imposible no fijarme en la estrella en su abdomen, y él solo agachó la cabeza para verse así mismo, encogiéndose de hombros.

Cold heart (TOLL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora