Querido diario:
Quiero expresar un tema que me lleva atormentando desde hace muchos años, un tema que para muchos es nefasto y para otros simplemente es el ciclo de la vida.
La muerte.
Pero no cualquier tipo de muerte, una muerte que te afecte sentimentalmente, ese tipo de muertes que si te pones a pensar que esa persona por circustancias de la vida ya no estuviese en este plano, no sabrías que hacer.
Para mi ese tipo de persona es mi abuela paterna.
Tambien quiero mucho a mi abuela materna, pero, lo que yo tengo con mi abuela paterna es otro nivel, un nivel que solo ella ha alcanzado.
Mi abuela paterna, ya es mayor, 85 años luchando cada día, no son pocos años, nacio el 4 de Agosto de 1939.
Es una fecha que nunca se me va a olvidar.
A mi me encanta escuchar a mi abuela hablar de su infancia, de como disfrutaba leer, pero que a temprana edad tuvo que salir de la escuela para trabajar con su madre, ella ayudaba a su madre a coser.
Una vez me dijo que siempre leía a escondidas de mi bisabuela, mi bisabuela veía una perdida de tiempo las novelas, leer en general, pero mi abuela lo disfrutaba tanto, que no le importaba en ese aspecto lo que su madre decía.
Mi abuela no tuvo hermanos, era hija única, y su padre murió cuando ella era una niña.
Pero nunca estuvo sola, tenía primas menores que ella, mi abuela las quería tanto que las cuidaba como sus hermanas pequeñas.
Mi abuelo cuando la conocío se enamoró a primera vista de ella, lo que es completamente normal porque era una joven guapísima.
Mi abuelo, que descanse en paz, sabia lo justo en leer o escribir, pero aun así le escribía cartas a mi abuela, llego a escribir tantas cartas que mi abuela termino aceptando cuando el le dijo que no le iba a escribir más cartas y que esta era la última oportunidad para salir con él, puesto que se iba a la mili.
Mi abuela aceptó, no por obligación, ella nunca tuvo pareja antes y mi abuelo era un joven bastante apuesto y ella tambien valoraba el esfuerzo que el ejercia al escribir esas cartas.
Despúes de años tuvieron 3 hijas y 1 hijo.
Cuando mi abuela tuvo a mi padre ella tenia 40 años, si bastante tarde para la época.
Pasarón los años y nací yo, en mi bautizo la asignaron para ser mi madrina que ella ecantada acepto.
Siempre tuve esa conexión especial con ella, cuando cada vez va haciendose más mayor y su cuerpo cada vez se va haciendo más débil, yo me encargo de cuidarla como ella me cuidaba a mí.
Se que en el fondo se avergüenza de eso, pero a mi no me importa, siempre la voy a cuidar.
Tengo muchos momentos bonitos con ella, pero mi favorito siempre va a ser cuando le regalé un ramo de flores blancas y azules.
Nunca le habia regalado un ramo de flores antes, pero por primera vez se lo regale a ella, nunca me voy a olvidar de su sonrisa y su cara de sopresa, las tuvo ahí hasta que las flores se marchitaron y no le quedo más remedio que tirarlas.
Nunca he visto llorar a mi abuela, cuando murió mi abuelo segun me conto mi madre que ella ni derramo una sola lágrimas de sus ojos, pero entonces comprendí algo.
Ella no muestra su tristeza al público, se lo guarda para ella, su salud empora por eso.
También se que ella no le tiene miedo a la muerte, la espera pacientemente, lleva años aceptando el destino.
Y yo sin embargo no soy capaz de aceptar su destino, la muerte.
Cadía día para ella es un día de lucha, ya no come como antes y con ayuda puede andar.
Mi alma se rompe por eso.
Pero por mucho que me rompa o llore no es algo que pueda cambiar, si o si tengo que aceptarlo.
Al igual que ella lo acepto años atrás.
Mi abuela y yo compartimos el mismo tipo de sangre, me gusta pensar que es por algo, aunque solo sea pura coicidencia, pero para mi no lo es.
Ella se merece todo mi ser, cada sonrisa y cada victoria que obtenga.
Porque para mi siempre será mi persona especial.
El nombre de Teresa estara tatuado en mi piel.
Yo sere la escritora y ella la lectora en un mundo más lejano.
XOXO, amores.