"En el reloj"

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En el reloj de la vida, el tiempo avanza,
sana las heridas de forma obvia y sin descansa,
pero ninguna herida sanará sin dejar cicatriz,
marcando en nuestra piel el dolor que no se desliza.

Pensé que te había olvidado, que ya te había perdido,
pero al acercarme a ti, mi corazón no está dormido,
latiendo con fuerza, recordando tu presencia,
me doy cuenta que aún te pertenezco, con tu esencia.

El amor deja huella, marca nuestra historia,
cicatrices que nos recuerdan nuestra gloria,
pero también nuestras penas, nuestras batallas perdidas,
que el tiempo cura pero que nunca serán olvidadas.

Así es la vida, con su eterno ir y venir,
con sus alegrías y sus penas por descubrir,
pero mientras haya cicatrices, mientras haya dolor,
seguiremos adelante, buscando la sanación con amor.

En el laberinto del tiempo, donde el pasado se entrelaza,
sigo caminando con la esperanza como única balanza,
que me guía hacia delante, dejando atrás las heridas,
sintiendo en cada paso cómo la vida se construye en las despedidas.

Cicatrices que son historias, que en silencio narran,
las batallas ganadas y las guerras que no se alcanzan,
la piel marca el camino, el corazón guarda las memorias,
de un amor que perdura a pesar de las esquinas en la trayectoria.

Y así seguimos adelante, sin saber qué nos aguarda,
con el eco de tus besos que en mi mente no se guarda,
pero en cada latido, en cada suspiro que se escapa,
sé que en lo profundo de mí, tu presencia aún se empapa.

El tiempo sana las heridas, eso es una verdad sombría,
pero ninguna herida sanará sin dejar su propia melodía,
una canción eterna que nos recuerda que fuimos vivos,
que amamos, que sufrimos, que seguimos siendo testigos.

Así que sigamos caminando, con cicatrices en la piel,
porque en cada marca, en cada huella, hay una historia fiel,
que nos recuerda que somos seres de luz y de sombra,
que el amor perdura, no importa cuán lejos la memoria se asombra.

En el laberinto del tiempo, donde los recuerdos se entrelazan como hilos de un telar cósmico, sigo mi camino con la certeza de que cada paso me acerca un poco más a la comprensión de mi propia existencia. Las paredes de esta inmensa estructura de la memoria están llenas de susurros del pasado, de ecos de momentos que ya no volverán pero que siguen resonando en mi ser como melodías lejanas.

Recuerdo aquella noche en la que el viento soplaba suave y frío, y tú estabas a mi lado, con tus ojos brillando como estrellas en la oscuridad. Era como si el universo entero se hubiera detenido para contemplar nuestro amor, un amor tan intenso y mágico que parecía trascender todas las barreras del tiempo y el espacio.

Pero como todo en la vida, aquel amor también tuvo su final. Las circunstancias nos separaron, las promesas se desvanecieron y el dolor se instaló en mi corazón como un invierno eterno. Sin embargo, en medio de la oscuridad de la despedida, encontré la luz de la esperanza, esa chispa infinita que nos impulsa a seguir adelante, a seguir buscando la razón de nuestra existencia en este laberinto del tiempo.

Caminando entre los pasajes del pasado, siento cómo las huellas de nuestros momentos juntos aún resuenan en los rincones más profundos de mi ser. Cada beso, cada abrazo, cada mirada compartida se convierte en un faro que ilumina mi camino y me guía hacia un futuro lleno de posibilidades y promesas.

Quizás el laberinto del tiempo sea un recordatorio de que en la complejidad de la existencia, cada paso, cada elección, cada encuentro tiene un propósito y una razón de ser. Aunque el dolor y la tristeza nos acompañen en nuestro camino, también están presentes la alegría, la esperanza y el amor, como hilos invisibles que tejen el tapiz de nuestra vida y nos recuerdan que somos seres en constante evolución, en constante búsqueda de la verdad que se esconde detrás de los velos del tiempo.

Así que seguiré caminando por este laberinto infinito, con el corazón abierto y la mente despierta, dispuesto a explorar cada rincón, a descubrir cada secreto y a abrazar cada emoción que me aguarde en este viaje eterno hacia la comprensión de mi propia naturaleza. Porque al final del camino, sé que encontraré la respuesta que tanto anhelo, la razón de ser de mi existencia en este vasto universo de posibilidades y misterios.

"Reflejos Del Corazón"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora