Tres semanas antes

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Todavía me costaba creer lo que acababa de suceder. Observé su cuerpo desnudo sobre las sábanas, incapaz de dejar de sonreír. Se había quedado adormilado a causa del agotamiento. Estaba tan adorable que sentí un revoloteo nervioso en el corazón.

Preso de un impulso repentino, me acerqué a él y lo rodeé con los brazos. Jeongin abrió los ojos, frunció el ceño y se zafó.

—Quita, anda. No me agobies.

—¿Qué pasa?

—No estamos juntos. —me recordó, y sus palabras fueron como una patada en el estómago. Se puso en pie y cogió su ropa interior del suelo—. No hace falta que nos quedemos abrazados

después de follar.

Apreté la mandíbula, acusando el golpe.

—Ya sé que no estamos juntos. Pero tampoco tiene que ser la cosa tan fría, no sé.

Él se rio mientras se ponía la ropa interior.

—Venga ya, si sabes perfectamente para qué hemos quedado. Y recuerda... Ni una palabra de esto a nadie, ¿me oyes?

Se subió los pantalones y se agachó para buscar la camiseta.

—Espera. —le pedí, levantándome de la cama, yo también—. Me visto y te acompaño.

—No hace falta. —dijo mientras acababa de vestirse—. Ya sé dónde está la puerta.

Sin decir más, se ató los cordones y se marchó. Y ahí me quedé yo, solo en la cama y con el corazón hecho pedazos.

¿Qué hay al otro lado? (HYUNSUNG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora