00 ; 04

94 12 0
                                    

Era una tarde de Otoño, el calor cada vez era menos perceptible y los vientos frescos cambiaban su lugar, soplando algunas hojas secas en el camino. El día estaba algo nublado y frío, por lo que la pareja decidió permanecer en la comodidad de la habitación de Chifuyu, resguardados con algunos snacks.

Chifuyu estaba sumido en un manga, a la vez que con su mano libre acariciaba los largos cabellos oscuros de su pareja que se hallaba con la cabeza apoyada en su regazo. Este también leía el tomo anterior de la historia para así ponerse al día, mientras que Peke J dormía sobre su estómago.

Hubieran permanecido en aquel calmado ambiente, de no ser porque sonó el timbre de la residencia Matsuno.

— ¿Esperas a alguien? — desvió su mirada hacia al rostro del contrario.

— No, pero tengo una idea de lo que es — palmeó el hombro de Baji para que se sentara y así poder ir a abrir la puerta.

Luego de unos segundos, el rubio volvió a su habitación, pero esta vez con una pequeña caja de cartón que dejó en el suelo para buscar unas tijeras.

El pelinegro se acercó a este con el gato entre sus brazos, el cual se había levantado de su cálida siesta al haber sido movido. Miraban el paquete curiosos, como si ambos fueran unos felinos que olfateaban algo nuevo.

— ¿Qué es esto? — decidió preguntar para matar su curiosidad.

— Una compra que hice por internet hace unos días.

Clavó la tijera para romper la cinta con cuidado y finalmente sacó el envase.

— Son...¿labiales? — frunció sus cejas con confusión — Pero si tú solo usas hidratante.

— Lo sé...pero no son simples labiales, sino que son gloss con sabor a frutas — sonrió levemente — Vi una vez a Emma-san usándolos y me llamaron la atención, así que decidí probarlos.

— Mmm... — el oji marrón se limitó a murmurar, ya que él no tenía mucha idea sobre maquillaje y no era que le llamara la atención.

No es que no le importaran los gustos de su novio, solo que realmente no entendía nada de esa área.

El oji esmeralda vaciló un poco pensando sus palabras, avergonzado por la idea que cruzaba su mente, pero las ganas lo superaron.

— Baji-san...

— ¿Qué ocurre? — preguntó acostado en el suelo nuevamente.

— ¿Y si hacemos un juego?

— ¿Cuál juego?

— Son labiales de diferentes sabores de frutas, así que tú tendrás que adivinar todos.

— ¿Y cómo se supone que haga eso?

— Besándome.

Sus ojos se abrieron más ante la inesperada petición y su cerebro se puso en marcha. Entonces si aceptaba, podría recibir muchos besos de su novio sin tener que poner excusa y a la vez lo haría feliz. Era un ganar o ganar, una oportunidad divina como para desperdiciarla, después de todo, besarlo era su pasatiempo favorito.

Ante el silencio que obtuvo como respuesta, se sintió totalmente apenado al pensar que su idea era muy cursi o tonta.

— Si te parece aburrido, entiendo si no quieres...

— Acepto — interrumpió su oración con una sonrisa, rápidamente ya sentado y listo para comenzar.

— Bien — sonrió con sus pupilas brillantes de la ilusión — Date la vuelta.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 24 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sᴘᴇᴄɪᴀʟ Mᴏᴍᴇɴᴛs | BᴀᴊɪғᴜʏᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora