Héroe y Academia.
Sólo por el nombre, se podía decir que H&A era un juego ambientado en una Academia, parecido a este mundo.
Entonces, naturalmente, el examen de ingreso a la Academia sirvió como tutorial del juego cuando comenzaste a jugar.
Cualquiera que fuera un jugador experimentado se daría cuenta rápidamente de que algo iba a salir mal durante este "examen de ingreso".
De hecho, hubo un evento en el que los seguidores de los dioses malvados atacaron la Academia durante el examen de ingreso.
Esa era esencialmente la trama del tutorial.
Corriendo y aprendiendo los controles básicos, los jugadores encontraron que los pícaros eran ayudas tutoriales bastante convenientes.
Introdujo no sólo el sistema de combate sino que también estableció el conflicto entre los dioses buenos y malos al tener seguidores de los dioses malos como enemigos.
Sólo había un problema... Los desarrolladores probablemente estaban demasiado entusiasmados.
Después de derrotar a un grupo de enemigos menores y dirigirte hacia el centro del ataque, finalmente podrás encontrarte con el jefe del tutorial.
Y ese era Pietro, el obispo de la Unidad Manchada.
En el momento en que lo encontrabas, comenzaba una escena que no se podía omitir, explicando la historia del mundo a través del diálogo de Pietro durante cinco minutos completos.
Y eso no fue una exageración. Lo cronometré yo mismo y fueron exactamente 5 minutos y 12 segundos.
La escena era de alta calidad, lo cual estaba bien, pero ¿cuál era el punto?
Había que ver la misma escena de cinco minutos una y otra vez.
Gracias al favoritismo sesgado de los desarrolladores, Pietro había estado encabezando las encuestas de usuarios de 'PNJ menos favoritos' durante años.
Y ese tipo acaba de morir.
Mientras salía del calabozo, un monólogo familiar y molesto sonó en mis oídos. Así que instintivamente lo apuñalé.
Y cayó.
"¿Está realmente muerto?"
Empujé a Pietro con el pie, pero no hubo movimiento.
No había lugar a dudas ya que ya había una notificación de alerta de muerte.
Tan pronto como estuve seguro de haber "saltado" con éxito la molestia, la euforia comenzó a surgir desde lo más profundo de mi pecho.
"Lo hice…!"
Era como si un viejo deseo finalmente se hubiera hecho realidad.
Una sonrisa se formó en mi rostro y no pude evitar soltar una risita sin sentido.
Captando la alegría del momento, me di la vuelta y agité las manos.
“Jeje… ¡Carla! ¿Viste eso? ¡Pietro, ese pícaro prolijo, ni siquiera pudo decir una palabra antes de caer muerto!
"..."
