Infierno total.

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Frente al espejo miraba como el poder que Sera usó tomaba efecto en él, una luz roja consumiéndolo antes de desaparecer al igual como apareció.

Cuando finalmente desapareció se tomó la cabeza con las manos, no le había causado dolor.

Pero no era cómodo, le pesaba la cabeza, costaba trabajo estarse recto.

"¿Me recuerdas porqué tengo que usar un disfraz para ir?"

Adam le preguntó a Sera, a pesar de que ella lo hizo, no le habia estado prestando atención desde que llegó y lo transformó.

Habían razones para que no le hablara, pero se suponía que tenía que recordarle y recitarle las reglas, además de su trabajo, y las libertades que tenía aparte.

Él, por su parte, tampoco le prestó mucha atención a Sera cuando ella lo transformó. Estaba muy ocupado mirándose en el espejo, viendo cada detalle... Pero aunque fuera su propia cara, sin ningún cambio mayor, no reconocía la persona en el reflejo.

Ese era el punto, pero le daba algo de miedo ver los cambios que había.

Por eso es que decidió eventualmente que seguir con la ley de hielo hacia Sera, quien se la devolvía sin problema, no era más cómodo que hablar directamente con ella.

"Porque, al parecer, vieron quién eras en la última exterminación."

Adam la miró a los ojos y maldijo en voz alta, mirando a otro lado de inmediato.
Alguien le había contado lo que pasó a Sera. Pero incluso si no, era obvio que él tenía que esconder su verdadera apariencia.

"Eso no le quita lo horrendo, ¿acaso los demás no tenían mejores ideas que esta puta desgracia?"

Él se quejó, revisando una vez más como se veía. La ropa no era el problema, y le encantaban las botas que traía, pero su apariencia...
¿Qué mierda le hicieron?

"Te vez casi igual a como te ves de verdad."

Adam hizo un sonido de indignación antes de volver a ignorar a Sera.

"Okay, ahora que vas a bajar, te voy a recordar lo más importante."

Sera mencionó, sacando una hoja que le pasó a Adam.

"Uno, recuerda que no eres como ellos, ten cuidado de no morir o ser herido. No sentirás el hambre ya que, aunque tú apariencia a sido cambiada para imitar la de ellos, no sentirás la misma tortura a los que ellos fueron condenados."

Ella hizo un gesto con la mano, haciendo énfasis al cuerpo de Adam.

Su piel ya no era clara, si no que ahora era un café oscuro con subtonos rojizos. Su pelo es un tono más oscuro de café, sus ojos ya no eran dorados, tampoco tenían el color blanco en la parte esclerótica.
Sus ojos eran de un amarillo que chocaba con el rojo de la esclerótica, resaltando de una manera exagerada.

Podía ver los enormes cuernos de cabra, largos y filosos. También veía las orejas de cabra, y por alguna razón podía oír mejor.

De lo putamente grandes que son a comparación de una oreja humana.

Pero eso no era lo peor, lo peor es que tenía una puta cola y que no tenía permitido usar, ni mostrar sus alas a menos de que estuviera en peligro.

"Dos, no puedes atacar a nadie, con la única excepción de hacerlo en defensa propia. Si lo haces, no te devolveremos al cielo solo por haber llamado la atención, te salvarás solo, pero procura no usar tu segunda forma."

Ella siguió hablando, pero él entendía que lo estaban dejando a la deriva, y con prohibiciones que terminarían por matarlo.

"Dato adicional que te tengo que recordar; si algún demonio se transforma en su forma más peligrosa, ¿qué haces?"

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⏰ Última actualización: Mar 25 ⏰

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