• Acto Final: Juntos Hasta Acabar con Todo •

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¿Cómo creen que le puede ir a una pareja que generalmente se deja llevar por sus celos y posesividad extremistas? ¿Quizás bien? ¿Mal tal vez?.

Simple: les va del carajo en el mal sentido.

Aunque Satoru al principio dijo que iba a cambiar sus celos por Suguru, todo se iba a la mierda cada vez más. Sin embargo, el pelinegro no era un santo, pues su posesividad y terquedad hacia el albino llegaba al punto de no solo ser asfixiante, sino alarmante para los demás. Cada que los amigos de la pareja los veían, lograban darse cuenta de las marcas en los cuerpos ajenos, resultando incómodo para terceros incluso si a ellos les encantaba.

Pero todo se terminó de ir a la mierda aquel día. Aquel fatídico día.

Quizás si no fuera mencionado al pelirosa, o quizás si fueran sido una pareja completamente normal, nada fuera terminado como lo hizo.

Para comenzar bien con el trasfondo, es mejor volver un poco en el tiempo.

|Hace aproximadamente cinco meses|

Como un fin de semana cualquiera, Satoru y Suguru volvían del supermercado, hace solo algunos meses habían comenzado a vivir juntos, les iba bien, si es que sacamos todas las escenas de celos y asi cada que alguno estaba con alguien más. Llevaban dos años de relación milagrosamente estable, aunque todos a su alrededor sabían que "estabilidad" no significa "dejar que mi pareja me someta cada que no hago lo que quiera". Porque si, aunque ellos eran estables en no pelear, eran inestables en aceptar que cada quien tenía amistades distintas.

El camino de vuelta del supermercado fue... Tranquilo, a medias, hasta que hacía apenas dos cuadras que el pelinegro mencionó a su amigo pelirosa: Yuuji.

— Y entonces Yuuji le dijo a Haibara que Toji aunque era amargado tenía su atractivo - terminaba de contar Suguru mientras dejaba las bolsas con los comestibles sobre el mesón.

— ¿Y a ti ese Toji te parece atractivo? - cuestionó Satoru repitiendo la acción del azabache - digo, solo por curiosidad.

— Pues, aunque si es bien parecido, no es mi tipo - lo pensó un poco tomando un poco de agua - mi tipo son más albinos de casi dos metros y celosos - al terminar la frase, se acercó a Satoru colocando sus brazos detrás del cuello de este último, sonriéndole de manera coqueta.

— Que tipo tan específico tienes - le respondió con una sonrisa similar y posó sus manos en la cadera de Suguru - al menos sé que soy el único que llama tu atención, además de que encontrar a otro albino de casi dos metros debe ser complicado - rió ante su propio comentario y dejó un beso suave en los labios de Suguru.

Su mañana fue extrañamente tranquila, sin alguna mirada fría ante menciones de terceros (que no hubo ese tipo de menciones) o algún reproche por parte de cualquiera de los dos. Hablaron tranquilamente, riendo y pasando un tiempo ameno.

Suguru terminaba de limpiar un poco aquel apartamento compartido, no tendrían ninguna visita o harían algo en específico, pero digamos que era alguien con un... Gusto particular en la limpieza completa de su casa. Al finalizar de limpiar, tomó el control de aquella televisión y se sentó a ver cualquier programa al azar, y solo un poco después, llegaba su novio de la habitación con su cómoda ropa de casa.

— Cariño, ¿Quieres hacer algo más al rato? - preguntó el albino tomando una pera de la cesta de frutas - como ir a caminar o ir a comer, lo que quieras, tu solo dime.

Después de meditarlo por un momento, Suguru habló: — ¿Qué te parece si solo nos quedamos en casa y nos hacemos cuidado facial? - sugirió volteando su cuerpo en dirección a Satoru

· Solo Mío ¿Amor u obsesión? · [Satosugu] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora