Prólogo

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—y.. ¡sonrían!.

Sonó un click de la cámara que tomaba una foto, la gran foto que el trío nunca olvidaría ya que sello su amistad que quedará registrada en los libros de historia. Una foto del detective, sheriff y el príncipe pasándola bien como amigos.

El príncipe sosteniéndose del detective usando su gorro, una gran sonrisa en la cara del detective y el sheriff sonriendo además de pasar su brazo por el hombro del nombrado detective.

—¡ha ha!, no sabia que tambien podías sonreír Thompson. —durlo Edward al nombrado, sacandole una risilla.

—muy gracioso Edward.

—solo digo, siempre llevas esa cara larga a todos lados excepto cuando vas a la cantina o a la cárcel.

—como no sonreír en la cantina si ahí esta mi whisky —de su gran chaleco azul sacaba su cantimplora dando un gran sorbo del alcohol.

—aun no se como puedes tener buena puntería bebiendo.

—creo que no estas en tu derecho de decirlo, después de tomar esa cola.

No se equivocaba, esa bebida tenía un efecto adictivo en el detective y odiaba admitir que se volvió adicto a ello.

—touche.

—oh, detective ya se va acercando el tren —advirtió el príncipe que se veía impaciente por ver el tren acercarse.

—¿estas seguro de que no quieres venir sheriff? Inglaterra es un lugar en el que creo que necesita de tu energía. —preguntaba al contrario.

—eso te iba a decir, ire con ustedes.

El de pañuelo no podía creerlo, después de haberle insistido por días finalmente acepta ir con ellos a su tierra natal, no estaba soñando?

—¡¿en serio?!, ¡eso es genial! —su voz sonaba emocionado y alegre, tanto que casi saltaba de alegría.

—uno de mis contactos me dio una pista de donde podría haberse fugado el bandido rojo, a un bajo barrio en Inglaterra.

¿Un nuevo caso? ¡genial! A Edward le encantaban los casos, no por nada era detective, mejor aún poder resolverlo con su amigo.

—bueno, creo que será un caso que ambos resolveremos —paso su mano por el hombro del sheriff y inflando su pecho con alegría.

—tu lo has dicho amigo.

Era impresionante ver cuan unidos se habían vuelto en tan poco tiempo, cuando se conocieron en la cantina, buscando pistas de donde estaría el príncipe y rescatandolo, fue hace días pero había hecho a este dúo inseparable.

—tome detective. —el príncipe puso la gorra en la cabeza del nombrado. —ah, y eso también.

Posó sus suaves labios en la mejilla del cabellos chocolate, sorprendiendo al contrario que sonrió el cálido tacto en su caliente mejilla.

Podría jurar que en esos segundos sintió su cuerpo liviano como humo, sentía que flotaba que todos alrededor no existían que su mundo no existía.

Que solo eran ellos dos flotando en el vacío y ese suave y caliente tacto y Oh.. como olvidar su aroma a lavanda, ese suave perfume que inundaba su nariz agregaba una nueva capa a su ilusión.

Suave, cálido..  tan cálido.

No quería que se terminara el tacto, pero sintió como la calidez se alejaba al igual que el rostro perfecto al príncipe.

—eso es por haberme salvado, ahora vamonos que el tren casi llega —su voz paso de un tono suave y calmado a uno alegre. El cambio agregó una capa más de impresión al detective que seguía sin articular palabra alguna con la boca entre abierta.

El detective y El príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora