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Sábado 17 de noviembre del 2023
Tokyo, Japón
12:47 a.m

Todos salieron de aquel callejón hasta llegar las calles poco transcurridas de Tokyo.
Habían perdido de vista a los policías y eso los mantenía más tranquilos, llegaron al antro que habían acordado y todos entraron a este escuchando inmediatamente la música a todo volumen, sintiendo el calor humano, el olor a alcohol y un poco el olor a cigarrillo.

Monse seguía a sus amigos hasta una mesa vacía en la cual se sentaron y se relajaron un poco, la pelinegra quería beber, era algo que quería hacer ahí, así que sin dudarlo se paró de su asiento y fué a pedir un trago.

En el transcurso se topó con aquel chico castaño, el cual simplemente ignoró, pues solo se habían hablado una vez.

De nuevo regresó a la mesa donde estaban sus amigos, estos platicaban y reían entre sí, ellos estaban tan metidos en su tema, tanto que hasta Monse sintió que no era parte de su propio grupito, pero como siempre decidió quedarse callada y seguir bebiendo.

Eran aproximadamente la una de la mañana, ellos seguían ahí y la latina ya estaba aburrida, se paró de la mesa apoyando sus manos en esta haciendo que todos centren su vista en ella.

- ¿Por qué me miran? Sigan en lo suyo, ush.- Se levantó y se fué de ahí en dirección a los baños, en el camino sintió que alguien jaló su muñeca y justo cuando iba a responder vió al castaño ahí. - ¿Por qué me jalas?-

- No deberías andar sola en un antro de Japón siendo extranjera - Respondió.

- Sé cuidarme sola, ¿Si? Déjame.- La pelinegra estaba realmente enojada, y se miraba en sus ojos, algo que llegó a cautivar al castaño, los ojos cafés y sus pestañas chinas. Se soltó del agarre del chico y se fué a los baños, realmente solo iba a retocar su gloss, cabello y a acomodar su atuendo, pero sobre todo a dar un respiro de aquella situación con sus amigos. Al salir de los baños, de nuevo se topó con el castaño afuera esperándola. - ¿Ahora vas a seguirme? - Preguntó incrédula.

- Quiero asegurarme de que estés bien.- Dijo el castaño de forma seria.

- Ya te lo dije, estoy más que bien.-

- No lo creo, tu carácter me lo dice.-

- ¿Mi carácter? Ni siquiera me conoces, no sabes cómo es mi carácter.-

- Una chica no se molesta solo porque sí.-

- No estoy, ush, basta, no tengo porqué contarte lo que me pasa.- La chica comenzó a caminar, pero no a la dirección en la que había ido, ahora se dirigía a la salida y el castaño se quedó en la barra pensando en si dejarla sola o en ir con ella y claro que la última no era opción.

El chico salió del antro viendo a la chica recargada en el auto en el que había llegado y se acercó.

- ¿Ahora qué? Déjame decirte que si vienes a molestar no estoy de humor, quiero largar me de aquí.-

- Vaya, tranquila, vengo en buen plan, solo quiero asegurarme de que estén segura, las calles de Japón no son tan seguras a estas horas.-

- Yo... gracias, supongo.-

- Dime, ¿Que te tiene tan frustrada?- Al terminar de hablar sacó un encendedor de su bolsillo y comenzó a jugar con el.

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