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Desde que era una niña, siempre estuvo involucrada en el mundo del espectáculo, era un genio entre miles de actrices infantiles que luchaban por sobresalir. Siempre fue la mejor y lo sabía, lo daba a notar, lo reflejaba en su personalidad, lo tenía todo...
Y como todo inicio, tiene su final.
Su grandiosa carrera decayó en cuanto dejó de ser una niña y entró en la adolescencia. Nunca entendió cuál había sido su error en tantos años, tanto lo pensó, que, en un punto, dejó de buscar respuestas. ¿Qué más daba? Parecía que el mundo del espectáculo solo había sido para ella cuando era un infante.
Efímero.
Aunque ciertamente dolía...
Dejó atrás la carrera de actriz y dio un cambio en su vida al involucrarse en el modelaje, era diferente a lo que siempre hizo, pero gracias a eso se mantuvo a flote, añorando en un futuro volver donde fue feliz; la industria del espectáculo, del cine. Desde siempre había competido con una chica, de su misma edad y de su misma carrera, los roles en un punto cambiaron y ahora ella era considerada una prodigio en la actuación. Le tenía envidia, aunque, al mismo tiempo, la consideraba una amiga, no eran tan cercanas, pero ambas sentían un respeto por la otra. Cuando después de mucho ambas volvieron a encontrarse en una cafetería, los sentimientos dañados del pasado se extinguieron.
—¿Un compromiso? — se tapó la boca por la sorpresa—. Akane, ¿te vas a casar tan pronto?
Ella negó con rapidez.
—No es una boda— aclaró—. Y no somos novios, solo iremos de viaje por un compromiso.
—Debes terminar todo en una oración, por favor.
Akane rio.
—Él me gusta, mucho para ser sincera.
La pelirroja dejó caer la pajita de su boca, verla sonrojada y con una sonrisa tímida jugando con sus dedos, causó en ella una felicidad genuina. Nunca se había enamorado. Nunca le había dado un pase al amor en su vida.
Tenía miedo.
Miedo de que la abandonaran como lo hizo su madre y su primer manager.
Tenía mucho miedo...
Ese día, escuchar a Akane hablar sobre su compañero que causaba suspiros, se planteó la idea de abrirse al romance. Tenía veinte años en esa época, no toda su vida sería joven y darse un romance a escondidas de los reporteros era algo tentativo para su juventud. Sin embargo, fue luego de dos años donde por primera vez tuvo ese romance a escondidas de los reporteros.
Pero, antes que nada, recapitulemos.
Todo comenzó un lunes de junio, cuando por estar releyendo un mensaje en su móvil, no se fijó en la chica que estaba frente a ella. Chocaron y ambas cayeron al suelo por la fuerza del impacto que provocó que Kana viniera corriendo y la otra chica estuviera acomodándose su zapato. Kana fue la primera en levantarse aún adolorida, disculpándose mientras ayudaba a la rubia.
