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Los días siguientes mientras continuaba con mi investigación respecto al Kanima (haciéndome pendeja en cuanto a la identidad por el bien de la trama), tuve visitas constantes de Isaac en casa durante la semana siguiente.

Por otro lado, luego de la fiesta a la que fui con Greenberg y mi teléfono cayó al agua estropeándose por completo y ni siquiera me molesté en comprar otro o arreglarlo, pues meterlo en arroz no funcionó una mierda. 

Demás está decir que aquello me trajo problemitas, pero restémosle importancia sólo porque si. 

No darle importancia a las cosas se volvió parte de mi

— ¿Dónde demonios estabas en luna llena? — Reclamó Stiles un día que nos encontrábamos tomando frappés en su camioneta. 

— Por ahí. — Respondí dándole un sorbo al mío completamente relajada. 

— El kanima apareció. — Comentó Scott preocupado. 

Tuve que fingir sorpresa al verlos pues yo no sabía nada supuestamente. — ¿Ya saben de quién se trata?

— ¡Lo sabríamos si nos habrías ayudado! Algo de tu libro mágico pudo haber funcionado. — Reclamó Stiles.

— Sí bueno... el libro funciona a veces y a veces no. Lirael tiene el control la mayor parte del tiempo y detesta a los hombres lobo. No habría querido ayudarlos aún si yo le rogaba. 

— ¿Me recuerdas quién es Lirael? — Preguntó Stiles. 

— Una bruja muy poderosa que fue quemada hace siglos junto a su aquelarre quien me da lecciones de vez en cuando.

— Pues debe estar retorciéndose de felicidad en este momento. — Comentó Stiles mientras volteaba los ojos. — Derek casi muere ahogado gracias al veneno de kanima. 

— El casi es una decepción. — Habló alguien a mis espaldas. — Ahora que lo pienso... deberíamos hacer más pruebas con el sustituto del veneno.

Volteé irritada tras escucharla. — Este no es el momento para bromas Lirael. 

— Oh, ¿ella está aquí? — Preguntó Scott y yo asentí.

— Pues dile que gracias por nada. 

— Stiles, ella puede oírte y te recomendaría ser más respetuoso si no quieres que te visite en sueños y haga que te suicides.

Inmediatamente tragó saliva y se hundió en su asiento. 

— ¿Si sabes que no puedo hacerles nada, cierto? — Preguntó Lirael muy intrigada pero al mismo tiempo sonriente. 

— Ellos no lo saben. — Susurré entre risas. 

Los tres (o cuatro) esperábamos a Allisson en el parqueo de la tienda un largo rato pues comenzaba a hacerse complicada la tarea de escaparse de sus padres para vernos, más aún si Scott estaba involucrado.

Después de un tiempo de que no pasara nada siendo amiga de Allisson, de pronto todo se volvía tenso. La madre que a un inicio era muy amable conmigo de pronto comenzó a tratarme muy mal cuando estaba cerca, entonces por mi bien decidí alejarme.

— ¿Has sabido algo de Isaac? — Preguntó Scott sacándome de mis pensamientos. 

Lirael soltó una risa estúpida tras oírlo. — Sí, mucho por debajo de las sáb-

— No. — La interrumpí nerviosa. — Sé lo mismo que ustedes. 

En ese momento acababa de llegar Allisson por lo que Stiles comenzó a manejar mientras que la feliz pareja se comía mutuamente en el asiento trasero. 

Manada (Shifting)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora