El Segundo De Su Nombre

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Aegon tomó la decisión en un segundo, sin tiempo de pensarlo dos veces. Su madre creía que podría engañar a todos al decir que el último deseo del rey, justo en el momento de su muerte, había sido que él fuera su sucesor.

No era así, por supuesto que no, qué gran tontería. Sin embargo, jugó el juego de una forma que podría calificarse como irresponsable. Fue coronado, el pueblo lo reconoció como su rey. Eso era todo lo que necesitaba.

-Aegon.

La voz de su hermana lo detiene justo cuando está a punto de escapar de su habitación a través de uno de los pasadizos detrás de las paredes. No le había dicho a nadie lo que haría, no lo había consultado con nadie, solo era la decisión en su mente, la que creía correcta. ¿Cómo era que su querida Helaena lo había adivinado?

-Iremos contigo.

Le anuncia y le pasa a su hijo Maelor, el niño tan tranquilo de ser pasado a los brazos de su padre no se queja en absoluto. Aegon quiere preguntarle por qué hace aquello, porque se va a lanzar a un frenético vuelo que debe realizarse en ese momento, antes de que su hermana mayor decida algo, tome alguna acción.

Pero cuestionarla no tiene ningún sentido, ambos entienden la premura y la importancia de sacar de ahí también a sus hijos. Aegon entiende que no pensar en ellos sería un error, abandonarlos para ser usados como piezas para ocupar el trono. Agradecía que Helaena tuviera la previsión de pensar en su seguridad.

Los dos se apresuran para llegar al foso de dragones y causar una conmoción con su presencia. Aegon estaba consciente de que podrían dar la alarma de lo que planeaban hacer, por eso tenían que ser rápidos y no titubear. Helaena entró con firmeza, pidió a su dragón y al del rey, diciendo aquello con una autoridad que nunca antes le había visto, sorprendiendo a todos los presentes.

Subieron a sus dragones, se sujetaron adecuadamente y con los niños en brazos, iniciaron un vuelo muy vertiginoso y apresurado, dejando atrás la conmoción de su partida, la cual se contuvo por los momentos en que sacaron a los dragones, pero cuando los vieron volar sobre King's Landing, aquello se descontroló.

-Helaena le dijo que no los perseguirían, aunque Aemond estaba presente, podría tomar a Vhagar. Pero ella le dijo muy claramente que eso no iba a suceder y Aegon sólo pudo aceptar y esperar que fuera cierto y no tuviera que huir de la enorme dragona y de la locura de su hermano. Ya lo había perseguido una vez, cuando lo encontraron en el septo, ya lo había obligado a aceptar todo esto aquel día, pero también dejándole claro que él podría ser mejor rey.

Tal vez es por ello por lo que no irá detrás de ellos, esperando por subir él al trono.

Pero Aegon no está muerto, lo han visto tomar su dragón y ser acompañado por su esposa e hijos. Aegon sólo ha dejado King's Landing.

Sigue siendo el rey que le da la espalda a su madre, a su hermano, a su abuelo.

Bajan con cuidado en la playa, primero Sunfyre, detrás de él, Dreamfyre. Los dos dragones se acuestan sobre la arena para que sus jinetes pudieran soltar las cadenas y bajar. Aegon lo hace con facilidad por lo que corre a ayudar a Helaena porque los gemelos, aunque más grandes para sujetarse por sí mismos, son aún pequeños para bajar con seguridad.

- ¿Dónde tienes la corona?

Le ofrece la mano a su hermana, no esperaba que le preguntara aquello, cuando la tiene segura a su lado, le muestra que la dejó sujeta a su cinturón.

-Debes portarla.

- ¿No será algo presuntuoso?

-El rey que ha sido coronado frente al pueblo es el que entrará a Dragonstone a ver a la Heredera de Viserys I Targaryen.

The Crown is for youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora