Cuatro Bodas

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Las bodas se llevaron a cabo después de cumplirse un año de reinado. Una tras otra, a manera de prolongada celebración por la coronación de la Reina Rhaenyra.

La primera fue la de Baela y Coryanne Martell, los dornienses acudieron con espectacular presentación, mostrando mucha piel y telas vaporosas. Eran preciosos y osados y nada recatados, por ello agradaban mucho a Aegon.

La segunda fue la de Rhaena con alguien improbable, porque de ese viaje al Norte solo se consiguió amistad, nada de compromisos matrimoniales porque Rhaena no se había llevado bien con Cregan de una manera que augurara una futura boda. Entonces comenzó a ser cortejada por un Lannister, cosa que hizo arrugar la nariz a Daemon, pero era cierto que ellos eran potencia militar y tenían suficiente dinero como para darse mucha importancia. Así que la boda fue el único hijo alfa de Jason Lannister, Loreon.

La tercera boda fue una pomposa, elegante, espectacular. Una donde se notó perfectamente el dispendio del dinero. Lucerys Velaryon había aceptado el cortejo de Aemond Targaryen y su boda debía ser el evento del año, de la década, del reinado de Rhaenyra.

Pero obviamente no lo sería, por supuesto que no. Faltaba una bonita unión entre alfa y omega por la cual echar la casa por la ventana, la culminación de todas las celebraciones y la que todos los reinos estaban esperando.

La boda del futuro sucesor de la Reina, Jacaerys Targaryen y su tío, el anterior Rey por un día, Aegon II Targaryen.

Coryanne Martell, Rhaena Targaryen y Lucerys Velaryon estaban ahí para él, sus bodas habían sido un preludio de lo que sería la unión de quienes reinarían dentro de muchos años. Estaba nervioso, esto no era como la boda con Helaena donde los dos eran solo adolescentes que no comprendían absolutamente nada de lo que tendrían que vivir y sólo sabían que sus vidas no eran suyas, eran piezas que otros movían a conveniencia.

Esta boda no tenía nada de conveniente, ¿qué le daba él a Jace más que la mancha de un omega que fingió ser un alfa y que, además, se coronó como rey cuando no le correspondía? Jacaerys pudo haber buscado a alguien mejor, Casas antiguas y con dinero abundaban o exageradamente nobles y leales. Una de las Baratheon, todas eran omegas o el hermano de Cregan Stark a todas luces eran mejores opciones.

Pero Jace había elegido por amor y Aegon había aceptado por la misma razón.

Así que ahora le tiemblan las rodillas, su aroma está por completo descontrolado y casi puede jurar que entrará en celo porque los días previos cada contacto con Jace lo hacía sentirse acalorado.

Entró al septo, se paró junto a su prometido y lo demás, es sólo un recuerdo borroso. No sabe qué dijo el septón, no sabe qué dijo Jace y le respondió por mera inercia porque un segundo después no recordaba nada. Sólo sabía que el rostro bellísimo de su alfa era algo que no podría olvidar, sus sonrisas al mirarlo, la luz en sus ojos, su aroma dominante, sus rizos perfectamente acomodados y la elegante ropa especial para la boda.

La gente, los lores, damas y el pueblo vitorearon estruendosamente cuando presentaron a los nuevos esposos, príncipes Targaryen.

La boda valyria fue algo que sólo habían tenido Aemond y Lucerys al ser ambos Targaryen. Sabía que la ceremonia era preciosa, una unión profunda de dos seres destinados a estar juntos, a complementarse, a compartir cada segundo de sus vidas.

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