Piezas En Movimiento

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King's Landing abrió sus puertas para la Reina Rhaenyra Targaryen, la primera de su nombre. ¿Qué fue de Otto y Alicent Hightower? Muchos dicen que salieron por barco la noche anterior al darse cuenta de que ya no contaban con el apoyo de ninguna casa y que corrían el riesgo de ser atacados por el mismo pueblo que habían reconocido a Aegon como rey y que ahora harían lo mismo con Rhaenyra.

Aegon se sentía tranquilo al regresar en sus nuevas condiciones. Como omega, lejos de la línea de sucesión de su media hermana la cual iba primero por Jace, Luke, Joffrey y todos los descendientes que ellos tengan. Esto le daba tiempo para despertar a la hora que quisiera, para comer las cosas que realmente le gustaban y beber de la forma más moderada que había hecho en toda su vida.

Su madre prefería que bebiera, aunque lo regañara, a que comiera de manera libre. Los omegas tendían a subir de peso a determinada edad y Aegon ya estaba por encima de ese límite. En esta nueva realidad no tenía ya esas preocupaciones y eso lo hacía muy feliz. Helaena no había regresado con él, ella tenía otros planes, veía algo muy diferente en el futuro para ella y los niños, así que en ausencia de madre y del abuelo Otto, acompañó al tío Gwayne a Antigua para arreglar el caos que quedó después de la salida de Daeron y las noticias de alta traición que pendían sobre la reina viuda al coronar a Aegon.

Ellos estarían bien, sabía que su hermana tenía cierto cariño por su tío Gwayne por las razones más que obvias y por el hecho de que en sí siempre se había comportado de una manera muy amable con ella y tenía una relación mucho más cercana con los niños de lo que Aegon tuvo nunca.

En aquellos primeros meses del reinado de Rhaenyra se movieron muchas piezas. La primera había sido Helaena, por supuesto, el que finalmente una casa como la Hightower no estuviera conspirando a su favor era un cambio significativo. Pero la siguiente pieza fue el interés que expresó Aemond por Lucerys.

Antes de irse a Antigua Helaena le dijo que esa danza que el alfa y el omega realizaban con cada mirada, con cada frase provocativa era una mucho más alegre que a la que estaban destinados. Aegon jamás quiso saber a qué estaban destinados. Pero para todos eran obvio, ahora más que antes, que había interés mutuo. Tendría un poco que ver con el hecho de que Lucerys tenía toda una herencia Velaryon detrás, pero para Aegon había bastante más involucrado.

Aemond no sabía fingir y por ello siempre estaba molesto, serio, desesperado por salir de alguna situación que no lo hacía sentir cómodo. Eso si lo sabía expresar. Pero si sonreía, si miraba con tranquila atención, eso era real. Eran miradas que normalmente se encontraban reservadas para Helaena y ahora las veía para con Lucerys.

Lo cual era bueno, perfecto, a decir verdad. Tendrían bonitos hijos cuando el omega tuviera una edad más segura. En eso respetaba a Rhaenyra, quien cuidaba más de sus hijos de lo que su madre cuidó de ellos. Entregó a su hermana, esposa en ese momento, a Gwayne a los trece años y no se preocupó en absoluto por ella al saberla embarazada a tan joven edad. Lucerys tenía justo esa edad y no estaban pensando en casarlos de forma inmediata.

La tercera pieza que se movió fue con el sur, con un reino que normalmente no se tomaba en cuenta, pero la reina sabía que la vieja enemistad de Daemon con el Príncipe Qoren Martell era algo que se debía dejar en el pasado. Se enviaron invitaciones y aunque fueron aceptadas, el camino a King's Landing era largo, por lo que se enviaron a las princesas Baela y Rhaena en visita oficial.

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