Al final del día anterior, Zev se había despertado con un poco de hambre. Decidimos pedir pizza, la comimos mientras hablábamos de cosas que salían al azar, sin ningún tema de conversación fijo, pero lo que más me tranquilizó fue que ya había olvidado por un pequeño instante la situación en la que se encontraba su familia.
Fue hasta que mi madre llegó por la noche y lo saludó. Él le contó todo y no tuve otra opción que irme a la cocina y fingir que lavaba los platos para que tuvieran esa pequeña charla privada. Lo escuche llorar y como mi madre le decía palabras de aliento.
Se habia hecho demasiado tarde, por lo que tuvimos que llamar un taxi. Me aviso cuando llegó a su casa y me comentó que su padre no se encontraba ahí. Aprovechó que sus hermanos estaban dormidos para poder hablar con su madre. Aún que seguía sin saber lo que ocurrió después de eso.
***
Al día siguiente, veinte minutos antes de que la clase empezará, yo ya estaba entrando en el aula. Mi mirada rápidamente busco una cabellera de color rubio, y di con él, que se encontraba al fondo de una esquina, mirando hacia abajo.
Dispuesta, camine hacia donde él se encontraba y me senté en la silla vacía que se situaba al lado. Luke levantó la vista y frunció levemente el celo al verme.— ¿Que estas haciendo? — preguntó, dejando de hacer garabatos en su libreta, cerrándola.
— Tomar asiento — indique, sonriéndole llena de burla.
— Eso lo sé, Weigel, no soy estúpido — grupo de mala gana, poniendo los ojos en blanco —. Me refiero a porque te estás sentando a mí lado.
— Lo hago porque quiero y porque puedo, ¿Tienes algún problema con eso?El sonrió.
Que linda sonrisa.
Eso ya lo sabemos.
— A la defensiva, ¿eh? — vaciló y continuó — : Si piensas que somos amigos, estás muy equivocada — atacó —. Sentarte aquí hará que todos tengan la atención aquí, y yo no quiero que sepan de mi existencia.
— No dije que lo hiciera porque fuéramos amigos, realmente no lo he pensado, ahora que lo dices. — Apoyé mi codo sobre la mesa y dejé caer mi mandíbula sobre la mano —. Igual no llamo la atención si no tengo a mi querido amigo pisando me los talones. Así que, descuida, ninguno sera el centro de atención.Y es que en realidad era cierto. La mayoría de las personas solo trataba de hablar conmigo por él, pues sabían que no tenía pareja.
— Cómo sea... — Luke dijo dejando la frase en el aíre, viendo al frente pensativo, para luego retomar la conversación. — ¿Porque has llegado tan temprano?
— Muy buena pregunta... Mi madre me ha despertado, pues anda paranoica ya que la llamaron de la dirección.El me miró interesado, o al menos lo fingía.
— ¿Dirección? ¿Que has hecho? — me preguntó.
— El profesor Hoffman me ha reportado por llegar tarde y no entrar a dos de sus clases en esta semana. Es la primera y le da mucha importancia a la puntualidad. Pero lo he dicho: él me odia.
— Idiota — susurró.
— ¿Él o yo? — pregunté, no muy segura a quien se refería, y con pocas esperanzas de que se refiera a él y no a mí.El en cambio, me miró divertido.
— Los dos.
— ¿Sabes? Tus cambios de animo me asustan, y no tengo ganas de descifrar te — Puse en alto mi cara y miré hacia otro lado.Lo decía en serio, hace unos minutos estaba de mal humor porque me había sentado a su lado y ahora me miraba y se le veía divertido, como si mi desgracia le agradara. Y talvez era así.
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Boulevard
RomansaHasley, una chica que estudia en una universidad en Sydney, su vida no era de lo mejor hasta que llegó Luke Howland Murphy ¿Su vida mejorará o empeorará?