ATENCIÓN: Las historias no serán seguidas de las anteriores, serán historias diferentes en escenarios diferentes.---------------------------------------------------
Era un día como cualquier otro en el barrio caníbal, habían niños devorando un cadáver como si fuera lo más normal del mundo en plena vereda, ahí curiosamente no estaba Alastor como solía ir, estaba Lucifer quien caminaba de forma elegante y con una cara neutral, pero recibía miradas de todos los pecadores sorprendidos de ver al famoso rey caminar por sus calles. Todos sabían que Lucifer detestaba las calles infernales y cada que salía los pecadores o demonios pedían un deseo, era como una estrella fugaz, pero más mortal..mucho más mortal y hermosa.
Lucifer se encontraba buscando a Alastor por ordenes de su hija quien parecia desesperada, su "amigo" hotelero y su padre no se llevaban nada bien y queria que pasaran un rato mas juntos, aunque eso tambien podria terminar en alguna pelea verbal o peor..fisica.
-- Donde estas, hijo de puta malnacido...-- Dijo Lucifer buscando a dichoso demonio por todos los alrededores con la mirada. -- Si yo fuera un imbecil..donde iria...
Se quedo pensando esas palabras antes de ver lo que parecia un bar bastante elegante y de una epoca ajena a la actual. El estaria ahi sin dudas. Lucifer se acerco y el guardia de la puerta lo dejo pasar casi de inmediato, admirando a su paso la belleza angelical de su rey. Al estar dentro no tuvo que buscar mucho, Alastor, ese maldito demonio que tanto odiaba esta alli, hablando tranquilamente con unas damas de ese lugar.
Pero Alastor noto un pequeño destello en su hombro izquierdo, una luz..
-- Oh! bellas damas, parece que tenemos una GRAN visita..-- Dijo Alastor recalcando el "gran" como burla, ya que si, se referia a Lucifer, noto su presencia debido al peculiar brillo que poseia este angel caido.
Lucifer se sorprendio.
-- ¿¡Lucifer!? -- Gritaron las damas que acompañaban a Alasrtor llamando la atencion de todos, muchos ya habian notando su presencia pero otros quedaron sorprendidos, asustados y embobados.
Alastor se levanto de donde se encontraba para caminar en direccion al Rey.
-- Majestad, que sorpresa. -- Dijo fingiendo admiracion a este. -- ¿Que hace por esta zona del infierno? Deberia- -- Su oracion fue cortada por la voz del soberano, Alastor odiaba ser interrumpido mientras hablaba.
-- Tu deberias estar en el hotel, cada que Charlie te necesita simplemente te desapareces! -- Le reclamo. Alastor fruncio el ceño claramente disgustado. -- Vas a ir al hotel, Alastor.
-- Oh majestad! en estos momentos estoy un poco ocupado con unas bellas señoritas. -- Dijo Al mientras las señoritas a las que se referia reian de forma nerviosa al ser llamadas de esa forma por el demonio radio.
-- No es una pregunta, es una orden. --
Hubo un largo silencio, muchos veian a Alastor esperando una actitud rebelde de su parte pero, sin embargo, Alastor con lo que parecia una sonrisa calmada y sus parpados un poco cerrados asintio.
-- Por supuesto, majestad. -- Se dio rapidamente vuelta dandole la espalda a Lucifer. -- Nos vemos, bellas damas! Espero que este agradable encuentro se repita! -- Se dio nuevamente vuelta caminando a la puerta principal escuchando a sus espaldas ademas de murmuros y la despedida frenetica de las mujeres, escuchaba las pisadas de lucifer por sus botas ataconadas.