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—¡Jefa, ya llegue!

La exclamación se escucho en toda la casa. Luis tenía una especie de estuche en la espalda que revelaba la forma de una guitarra. El chico entró en la sala de su casa y se encontró una escena tan irreal que tuvo que pasar sus manos por sus ojos para distinguir si lo que veía era real:

Miguel y su madre estaban viendo novelas juntos, pero lo que más le parecía difícil de creer era el hecho de que ambos estaban insultando al hombre que al parecer estaba engañando a su amada.

—Pff, la Infidelidad no es nada basado.—Dijó Miguel mientras la madre de Luis asentía.

—Esto me parece una falta de respeto. Ojalá Verónica se de cuenta porque sino será tremenda...—Antes de decir algo, la mujer notó a su hijo en shock.—¡vaya, vaya! Pensé que no vendrías jovencito.

—¿Q...? ¿Papu, que haces aquí?—Preguntó Luis ignorando la pregunta de su madre. Miguel no sabía qué responder. Se armó un silencio incómodo que fue quebrado por la voz de la madre de Luis.

—Bueno, tengo que cocinar así que...Los dejó.—Dijó la señora para levantarse y mandarle una mirada a su hijo, al parecer para que le diera explicaciones a Miguel por alguna razón.

El de lentes de levantó del sillón y se acercó a Papulince.

—¿Qué llevas en la espalda, cuck?—Preguntó aunque la respuesta era obvia, lo que lo hizo negar con la cabeza.—Uhg, como sea. No me importa. Ahora si, ¿que mierda te pasa Miguel?

Fue directo, lo que descolocó al grasoso quien tenia demasiadas preguntas. Tenía el presentimiento de que iban a terminar peleando así que lo mejor era conversar en privado para no alertar a su madre.

—¿Por qué no mejor hablamos en mi cuarto, Papu?—Dijó Luis mientras se dirigía a su habitación, Miguel no tuvo más opción de dirigirse detrás suyo pensando en lo que le diría sin sonar como una novia tóxica o alguna basura parecida.

Luis dejo pasar a Miguel y cerró la puerta de la habitación, para proceder a hablar.

—¿Qué me va a pasar Papu? Es raro que te presentes a mi humilde morada sin avisar o algo, ¿Qué te pasa a ti, Papu?

Miguel frunció el ceño, preparando su respuesta.

—Como que que me va a pasar. Te pones todo raro para después desaparecer de la nada.

—¿Desaparecer como?—Preguntó Luis sin entender lo que Panafresco quería decirle, quien estaba frustrado.

—Para empezar empezaste a actuar como la coquette cuando estaba en su etapa emo, así de raro. Ni siquiera me insististe para acompañarme a mi casa.—Y definitivamente cuando lo decian en voz alta no sonaba nada basado

Motocristo en jesuscleta...¿Estas molesto porque no te acompañe a tu casa cuando sabía que me dirías que no?

Miguel se sonrojo de la pena. Mierda. Sonaba muy mal. Había quedado en ridículo. No sabía que responder a eso porque prácticamente, si, si lo estaba.

—Supongo que fue error mio. Actúe un poco raro pero tengo explicación.—Dijó Luis sin preocupación, sorprendiendo a Miguel. ¿Acaso ese maldito Cuck acaba de disculparse por algo que no se tenia que disculpar ni explicar?

Los grasosos eran raros.

—Creo que mejor me largo. Esto se puso raro.

—Ay papu, no se ponga arenoso y cuente.—Dijó Papulince mientras sacaba la guitarra de su estuche.—Lo k paza es que cuando tu me dijiste que estaba loco, se me vino una idea a la cabeza. Tenía una guitarra la cual fui a llevarla a reparar cuando salí de la escuela y me sacaste de un bloqueo creativo. Gracias papu :V

Panafresco parpadeo con confusión, ¿Desde cuando Luis sabia tocar guitarra?
Y lo más importante: ¿Por qué mierda le daba explicaciones cuando no era ni necesario y su actitud podía considerarse tóxica por preocuparse por cosas como actuar extraño?

—¿Desde cuando tu sabes tocar, eh?

—Mi Jfa me metió a clases cuando era un niño y me regalo esta guitarra en mi cumpleaños número ocho, Papu.—Dijó Luis con una sonrisa.—Pero se averió hace unas semanas porque me frustre cuando intenté hacer un temazo y le rompí una de sus cuerdas.—Papulince señaló hacia las cuerdas de la guitarra mientras Miguel observaba en silencio sin saber que decir.—Pero cuando me dijiste loco enseguida me vino una gran idea, así que te agradezco mucho.

—....¿De nada?—Fue lo único que pudo murmurar Panafresco.

—¿Quieres oír? La verdad me gustaría que mi primer espectador fuera la persona que me inspiró.

Miguel no sabía que reaccionar, aunque por alguna razón le pareció un lindo gesto de Papulince al decir eso. Quizás valía la pena quedarse un poco más.

Solo Quizás...
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Se me olvido que esta historia existia🌚

Pero ahora si, los voy a recompensar. Comida sin veneno 🙌

Los quiere;
Lannie/ Meltbie Atkie

Crazy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora