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La vida lo trataba como si hubiera sido él quién le dió los latigazos a Jesucristo.

¿Qué había hecho mal para merecer semejante bochorno?

Esperaba recibir una patada en la parte baja como respuesta de la peli____. Pero ella, habiendo notado en Naoto desde ese instante que no se trataba de fiebre sino de un ataque de nervios, ruborizada y mostrando lentamente una sonrisa, trató de hablar sin atropellar las palabras por la cercanía de sus rostros y la posición comprometedora en la que se encontraban.

— Si te pongo nervioso, sólo debías decirlo...

Insultos, insultos y más insultos se decía a ella misma mentalmente. ¿Por qué siempre decía lo que pensaba? Debió ensayar primero sus palabras.

— N-No, y-yo...

— Estoy bromeando, Nat. — Esperaba que se creyera eso último, pues fue lo único que se le pudo ocurrir para evitarse más vergüenza.

Naoto hacía el intento de no colapsar, pero el tener a su amiga encima no se lo dejaba fácil. ______ posaba ambas manos cada lado de su cabeza, a horcajadas, posición en la que podría sentarse en su regazo. Pidió a todos los tipos de dioses existentes que eso no ocurriera, no cuando ahora empezaba a calentarse y lo de abajo estaba ansioso por reaccionar.

Por suerte el cuello de la camisa de ______ no colgaba y no le era visible su pecho. El castaño no quería faltarle el respeto de esa forma.

Para empeorar todo, la película, aunque con un volumen bajo, llegó a una escena en donde los personajes se besaban, y Naoto y ______ pudieron escuchar el momento en donde los labios hacían choque entre ellos. Voltearon a la pantalla y antes de que la escena subiera más de tono, la peli____ se incorporó y tomó el control remoto, retrocediendo los canales.

— ¿S-Sabes qué? Mejor veamos Los Backyardigans.

— Me parece bien. — Respondió rápidamente Naoto, volviendo a sentarse con rigidez.

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Una hora más tarde...

Luego de un incómodo silencio que ambos aprovecharon todo lo que pudieron para pensar mejor y no echarlo a perder con la primera tontería que les saliera por la boca, Naoto acopló valor.

— ______, yo... — Tragó grueso. — Lamento lo que acaba de pasar. No quería incomodarte de esa forma.

— No te preocupes, Naoto. — Respondió, concentrándose ahora en su contrario. — Sólo olvidemos est-...

— Te haré una pregunta.

Normalmente siempre preguntaba si podía hacer una pregunta, y ahora que sólo lo anunciaba, se sintió algo exigente, pero esta vez quería sentirse seguro de lo que diría.

— Adelante...

— ¿Qué harías si te digo que..... Sí me pongo nervioso al estar contigo?

A ______ se le fue el oxígeno por un momento; se sobó el antebrazo derecho, mientras pensaba una buena respuesta. No quería sonar obvia, aún no estaba lista para confesar, y tal vez nunca lo estaría.

De repente, se le ocurrió algo... Interesante.

— Diría que te falta experiencia. — Cruzó los brazos, sonriendo.

— ¿Eso qué quiere dec-...

— Naoto ¿De verdad no tienes idea de cómo tratar a una chica?

Sin duda lo había tomado fuera de base; el castaño tragó saliva, sintiendo como un sudor frío empezaba a marcar camino por su frente. Lo que menos quería era que ______ se diera cuenta de lo pésimo que era en cuanto a las mujeres. Su único talento era dibujar ¡Nada más!

— E-Eso no responde mi pregunta...

— Olvida eso. — Demandó la peli____, acortando la distancia entre ella y el chico con un pequeño salto. — Yo te ayudo.

— ¿Ahora de qué estás hab-...

— Shhhh... — ______ lo calló colocando delicadamente los dedos sobre sus labios.

En ese momento, ya estaba dejando que sus impulsos dictaran sus próximos movimientos. La pantalla de la tele se apagó de la nada, sumiendo a los dos en la espesa oscuridad de la sala.

»Lo que faltaba« Pensó el chico de lentes.

— ¿No te gustaría saber cómo actuar?

Cada vez la sentía más cerca.

— __-____....

— Quiero ayudarte, Nat. ¿Puedo?

— P-Pero.... Somos amigos, ______...

La fémina rió, tranquila.

— Los amigos se ayudan entre sí. ¿Quieres o no?

No sabía lo que se avecinaba, no tenía la más mínima de las ideas en mente. Pero sea lo que fuere, lo ansiaba, y con muchas fuerzas.

Aunque no podía verla por obvias razones, sentía que su amiga mantenía una traviesa sonrisa.

— Sí, por favor, ayúdame.

Dicho eso, sin vacilar ni avisar, ______ se posicionó nuevamente encima del castaño, sorprendiendo al susodicho. Acorralando la parte superior de su cuerpo contra el mueble, se aventuró a susurrarle.

— ¿Ya has besado alguna vez?

Muchas veces se arrepentía de ceder, pero esta vez, vaya que no lo hacía. Deseaba que ese momento se detuviera; si era un sueño, no quería despertar nunca.

Aprovecharía esos pequeños minutos al máximo, ya habría muchas horas de sobra para arrepentirse después.

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Ok, esto salió de la nada. No lo tenía para nada planeado xd




𝑳𝒐𝒔 𝑩𝒐𝒄𝒆𝒕𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝑵𝒂𝒐𝒕𝒐 ;; ηασтσ н. χ ƒєм. яєα∂єяDonde viven las historias. Descúbrelo ahora