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Pasaban los minutos mientras seguiamos teniendo una conversacion normal. Sentia una gran mirada dirigida a mi cuello mientras sentia incomodidad al sentirla, mizuki me estaba viendo el cuello con curiosidad mientras intentaba desifrar de que se trataba esa grande marca roja, se veia tan mensativa que incluso no podia evitar preguntarme.

-nene, creo que traes algo en el cuello... ¿los mosquitos te molestaron?- exclamo mizuki, mientras dejaba su mirada fija.

-Si. No dormi muy bien por culpa de ellos.- respondi nerviosamente mientras me tragaba toda la mentira que tenia atorada en la garganta.

-por cierto, ¿donde dormiste?... estuviste toda la noche escabullida.-

Hubo un breve silencio, mientras miraba a otro lado pensando en una excusa.

-pues eh...- respondi rapidamente para que no comenzara a cuestionarme, mientras jugaba con mis manos aun pensando en una excusa perfecta y creible.

-me quede cerca de las casas refugiadas.-

-oh, entiendo. ¡Esas casas siempre estan repletas de mosquitos molestos y gigantes! Que mala suerte.- volvio a exclamar mizuki, me miraba con lastima.

-Si.. fue... molesto.- respondia no convencida, mientras mi mentira seguia siendo tan creible como no pense que lo fuese.

Mientras mizuki pensaba en hablar de muevo con un nuevo tema de conversacion, yo seguia pensando en el gran alquimista que me adoraba, todo pasaba tan rapido con el que seguia confundida por todo lo que habia pasado hasta ahorita, podia sentir como el efecto de esa extraña pastilla se liveraba de mi cuerpo, mientras unos confundidos recuerdos comenzaron a llegar a mi mente; sin embargo, lo unico que mi mente pudo descifrar mientras mis recuerdos volvian en un instante, era una palabra clave que mi mente la lleno de eso.
"Sexo" era la palabra que obligaba a mi mente a llenarse, mientras recordaba la cara de rui debajo de mi, haciendo muecas de placer y dolor, y luego yo, de nuevo, en la misma posicion que el.

Mis pensamientos desaparecieron justo cuando escuche una voz hablandome intranquilamente y desesperadamente, me seguia llamando hasta que volvi a la realidad para contestar a mi llamado.

-¡Nene!- gritaba mizuki desesperadamente, mientras me miraba con una cara de "respondeme por favor."

Di un gritillo leve de sorpresa, mientras me volteo para mirar a mizuki.

-¿q...que paso?- respondia aun entendiendo la situacion.

-¡Dios! Que distraida estas.- se burlaba de mi con ese tono raro en su voz.

-Bueno, no importa ya. Igual, ya me tengo que ir... me llamaron hace rato y yo estoy aqui charlando contigo.-

-Esta bien. Adios.- sacudia mi mano y le dedicaba una sonrisa sincera y amable.

-¡Adios! ¡No te desaparezcas de nuevo!- corria mientras me devolvia la sacudida de mano.

Cuando mizuki se alejaba desde lo lejos, se veia su figura pequeña desapareciendo poco a poco, mientras me quedaba paralizada viendola, intentaba recalcular mis pensamientos, senti un estremecimiento cuando volvio todo lo que habia pensado en la platica con mizuki.

Estaba tan confundida, nunca pense que haria eso, menos a un hombre, un alquimista. Estaba tan cegada con mis pensamientos que no pude evitar dar varios suspiros cada vez que me imaginaba a rui, estaba dispuesta a ir a buscarlo para buscar una explicacion, ¿Habia follado, yo, con un alquimista malvado? No me lo creia, me paraba de mi asiento y fui a la entrada del reino, me pare en la grande puerta llena de adornos y me quede pensando, cuando decidi, <<mejor me voy a tomar mas aire fresco.>> pense, mientras me daba la vuelta para ir al gran bosque cubierto de grande maleza que llenaba mis fosas nasales con un olor totalemente limpio. Me sente con caultela al lado de un grande arbol, me recargaba en el con mi cabeza viendo hacia las grandes ramas llenas de hojas verdes que resplandecian con la luz del sol.

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⏰ Última actualización: Mar 25 ⏰

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la reina y el alquimistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora