[Yushi x Riku] desdén

Cap.2

Los ojos le pensaban, su cuerpo le pesaba, se sentía adolorido, se mueve tratando de acomodarse para aliviar su dolor y repentinamente recobra conciencia y cae.

Su espalda duele por el impacto que tuvo al caer de ese árbol, los recuerdos llegan como golpes.

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Su cuerpo dolía, sabía que estaba agotado, estuvo caminando por horas, sentía que iba a desmayarse.

—No pu-puedo— está cansado sus pies le dolían ni siquiera sabía en qué momento iba a salir el sol.

Afortunadamente la luna lentamente fue dando la poca luz que puede dar para iluminar alrededor, yushi tomando la oportunidad busco un arbol lo suficientemente grande y alto para poder esconderse y descansar, sería incómodo pero lo necesitaba.

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—Esto solo me pas- — El bolso cae abruptamente en la cara de yushi

Gruñe saca su bolso de encima, con el dolor en su espalda se incorpora lentamente, se apoya en el árbol respirando, ve su alrededor ahora con la iluminación suficiente, con esto se puede orientar y toma el bolso, acomodado para no sentir tanto dolor, avanza a través de los árboles, nota que no hay tanto animales como lo pensaba, solamente escuchaba los cantos de los pájaros alrededor.

El ambiente era tranquilo, muchos árboles, no los suficientes para tapar la iluminación, no tantos arbustos y también tan grandes, escucha los cantos de pájaros en la dirección que se dirige, lentamente pasa entremedio de los árboles y llega al lugar de donde viene los cantos.

El sol pega directamente a su cara dejandolo con los ojos cerrados por unos segundos, adaptándose a la luz, ve el lugar, este está lo suficientemente despejado para ver un río cristalino.

Yushi se acerca al río y se puede ver así mismo en ella, se acerca a un árbol clava su daga en ella y cuelga su bolso, vuelve y lentamente se arrodilla, toca el agua sintiendo la corriente de esta y lo fría que está, procede a lavarse las manos y cara para quitarse todo rastro de suciedad, tomando finalmente el agua del río, estaba sediento.

Un ruido lo pone alerta, fija su mirada al frente al escuchar arbustos en movimiento, se regresa y toma su daga dejando el bolso en el suelo, se acerca a hacia los ruidos, saltando encima del río, trata de sentir un olor o una presencia mayor, pero nada, sin algo que hacer, acerca su mano al arbusto lo mueve lentamente observando un conejo al otro lado de este, trata de acercarse, pero este se percata de su presencia y corre.

—Genial— dice frustrado, mira el conejo alejándose y se mira, oliendose y si, su olor estaba presente necesitaba hacer algo para que su olor no se perciba.

En el castillo tenía los recursos necesarios para hacer un supresor para ocultar su aroma y lo necesitaba ahora más que nunca, no sabría quien o que captaria su olor y lo seguiría.

Tenía que avanzar pero también tenía que ocultar su olor, se regresa rápidamente y toma su bolso, retomando su camino, podría encontrar los materiales necesarios para hacer ese supresor.

A medida que avanzaba el terreno iba subiendo, cada vez que daba un paso se inclinaba poco a poco el terreno, el viento se hace presente.

Los árboles desaparecen poco a poco y la vegetación igual, llega a cima de esta observando todo, pone su mirada por el camino de dónde vino, viendo simplemente un punto en la lejanía.

Regresa su mirada al frente como la anterior ve algo en la lejanía, ese es su objetivo, una parada para poder recomponerse.

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