Cuatro

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El omega comenzó a despertarse, sonrió levemente al oler el aroma de su alfa, abrazó más fuerte a su acompañante.

—Buenos días cariño.—

—Hola.— Susurró riendo.

—¿Dormiste bien?— Asintió escondiendo su rostro en el cuello del alfa.

—Mejor que nunca.—

—Me alegro.— Sonrió. —Mi omega... ¿Tienes ánimos de salir?— Frunció el ceño.

—¿A dónde vamos?— Se separó.

Louis unió sus labios en un tierno beso.

—Quiero que me conozcas.—

—Me gusta la idea.— Sonrieron y se separaron del beso.

Llamaron a la puerta, Louis dio la autorización para entrar.

—Hola cachorro.— Sonrió al ver a su madre.

—Hola mamá.—

—Perdón cariño, pero me gustaría ayuda de Harry...— El omega sonrió.

—Si claro ¿En que la puedo ayudar?— Louis sonrió.

—Tengo una cena con el rey por el aniversario, me gustaría buscar un hermoso vestido... Me gustaría que me acompañaras.—

—Si, la acompaño.— Sonrió y asintió. Harry llevó su mirada hacia Louis.—¿Puedo ir?—

—Oye no tienes que pedirme permiso cariño, ve.— Asintió.

—¿Si?— Preguntó la reina.

—Si.—

—¡Perfecto! Nos vamos en diez minutos.— Asintió feliz.

La reina salió de la habitación, Louis abrazó a Harry.

—¿No te molesta?— El alfa se separó un poco y negó.

—No amor, tienes decisión propia, tu puedes tomar decisiones por ti mismo amor, no necesitas mi autorización.— El omega lo abrazó fuerte.

—Te amo mucho alfa.—

—Te amo mucho más omega.— Se separaron, el alfa dejó un beso en su frente. —Ahora ve a ponerte más hermoso de lo que eres.— Las mejillas de Harry se tiñeron de rojo.

—Esta bien.— Dejó un corto beso en sus labios, luego salió de la cama y corrió al armario.

Tomó un conjunto de ropa, se vistió ahí, su alfa sonrió.

Al terminar caminó hacia Harry, quién estaba tomando el abrigo.

—¿No te dará calor?— Lo abrazó por la espalda.

—No salgo sin el abrigo.— Susurró.

—Ya no tienes que ponerte ese abrigo, se libre mi amor.— El omega dudo un poco.

—Tienes razón...— Sonrió.

Dejó el abrigo en el armario, el alfa sonrió levemente.

—Alfa.— Llamó el omega viéndose al espejo, aún con Louis abrazándolo.

—Dime amor ¿Pasa algo?—

—¿Puedes sentir mi aroma?— Louis soltó un suspiro.

—No amor, aún no.— Harry bajó su mirada.

—¿Y si no puedes sentir mi aroma? ¿Y si no soy tu omega destinado? ¿Alfa y si...?— Interrumpió.

—Deja de sobre pensar las cosas amor, te amo con todo mi corazón, mi alfa sabe que eres mi destinado, lo sabe, no dudes de eso.—

El Príncipe Que Odiaba Los Cuentos De Hadas. Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora