La oscuridad envolvía las calles mientras que Gustabo y Horacio, dos niños atrapados en un mundo de sombras, se adentraban poco a poco en la vida delictiva en busca de una forma desesperada de sobrevivir.
Los callejones están llenos de susurros de promesas de riqueza fácil, pero también de los peligros acechantes que acompañan a ese camino. A medida que se sumergian más profundamente en este mundo de ilegalidad, las cicatrices en sus almas se profundizaban y las sombras de la noche comienzan a ahogar cualquier luz de esperanza.
Estaban aterrados, pero no lo demostraban, ya no podían vivir solo de la basura, tenían que empezar a manchar sus cargos legales.
Horacio y Gustabo, una vez inocentes niños que jugaban en las calles, ahora se enfrentan a un futuro incierto, empujados por las circunstancias a tomar decisiones desesperadas.
La necesidad de dinero y comida los lleva a cometer pequeños delitos, al principio: robar bolsos, mendigar en las esquinas, y debes en cuando robar pertenencias en los carros, pero pronto se veian envueltos en actividades más peligrosas y arriesgadas.
Una noche, mientras intentan vender artículos robados en un mercado negro clandestino, fueron testigos de la crueldad y la brutalidad del mundo criminal en el que se habian sumergido. Los abusos y las amenazas son moneda corriente, y los niños se veian obligados a aceptarlos como parte de su nueva realidad. ¿Que podían perder siendo dos jóvenes de 14 y 16 años?
— Tenemos que deshacernos de esto y seguir adelante. No podemos ser atrapados con estás mierdas, Horacio — Comento el rubio, viendo las joyas que habían robado del mercado.
— Gustabo, Estamos poniendo en peligro nuestras vidas con esto. ¿Y si nos atrapan? Ya no somos niños de 10 años, ya cargamos con cierta edad para estar en la correccional. — Dijo Horacio con su voz temblorosa.
— No tenemos elección, Horacio Si no hacemos esto, ¿cómo vamos a sobrevivir? — menciono el de ojos azules mientras ponia la joyas en su chamarra.
La lucha constante por la supervivencia les hacía cuestionar sus propias acciones, pero el temor a la miseria y el hambre los empujaba a seguir adelante.
Sin embargo, con cada robo y cada acto criminal, un peso cada vez mayor se posaba sobre los hombros de Gustabo, erosionando su mente y su cordura.
Con el tiempo, los constantes abusos y la violencia del mundo criminal comenzaban a dejar una marca indeleble en la psique de Gustabo. Sus emociones, una vez controladas, ahora se desbordan, y una nueva personalidad emerge como un mecanismo de defensa contra el dolor y el sufrimiento.
En momentos de extrema angustia o peligro, esta segunda personalidad se manifiesta en el pequeño rubio, una fuerza oscura y salvaje que lucha contra cualquier amenaza percibida. Aunque protege a Gustabo y a Horacio de los peligros inmediatos, también representaba una peligrosa fractura en la mente del rubio, una brecha que se profundiza con cada confrontación violenta.
— ¡Déjame solo! ¡No te necesito! — Grito de repente el menor de ellos, sosteniendo su cabeza con sus manos con angustia, no era la primera vez que se aparecía él, pero tampoco sería la última.
Gustabo estaba perdido en la oscuridad de su propia mente, luchando contra el demonio interno que amenazaba con devorarlo por completo.
Mientras tanto, Horacio estaba desesperado y los nervios empezaban a carcomerlo lentamente, pues sabía que el pequeño sufría "migrañas" pero nunca habia gritado de esa forma, tenia miedo de que volviera a pasar lo de la última vez.
— Gus, tenemos que encontrar una manera de poder quitarte eso de la mente, ya tienes varios dias así, no quiero que te pase lo de la última vez, casi nos agarra la policía — Comento Horacio agarrando al menor de los hombros, viendolo a los ojos con pequeñas lágrimas resbalando por sus mejillas.
El contrario lo miro con miedo, diciéndole con la mirada que estaba aterrado, se estaba volviendo a manifestar.
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disappointed, Dad // Spainrp
FanfictionNunca supo cómo llego a estar ahí, solo recuerda como su madre lo arropó, y le dió un beso de buenas noches, mientras que su padre veía todo con lágrimas derramando sus ojos. Ahora solo veía pasar su vida frente a sus ojos, viendo a los santos desde...