El descubrimiento

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Esta historia está ubicada en Ojamajo Doremi Dokkan

Era un día como cualquier otro en la casa Maho. Dentro se encontraban Doremi y Hana, las dos estaban conversando felizmente mientras creaban adornos. Hasta que la visita de un fanático del fútbol peliazul las Interrumpió.

-Holaa, ¿se puede entrar? -Kotake había entrado con una sonrisa de oreja a oreja.

-Para ti no Kotake, ¿que quieres?- Doremi puso sus manos en las caderas mientras lo miraba desafiante.

-¡Bienvenido!- Saludó con alegría Hana.

-Ey, ey ¿así es como tratas a los clientes Dojimi? Solo vine a comprar un regalo. Deberías de estar agradecida de que viniera aquí. -Kotake miraba a Doremi en los ojos desafiante como ella.

-Hmp, ¡no me llames así  idiota! Y si vienes a comprar escoge algo rápido y vete.

-Bien, bien -Kotake se dispuso a dar vueltas por la tienda mientras observaba los diferentes artículos que ofrecía la tienda. Hasta que se fijó en un pequeño bolso de mano tejido de color rosa pastel mal cosido.

-Adivino, este lo hiciste tu Dojimi. -Kotake se giró hacia la pelirroja com cara de burla.

-¡¿Ehh?! ¿Como lo supiste?

-¿Quien no se daría cuenta? Esta tan mal hecho que parece hecho por un niño pequeño. Te haré un favor y te lo comparé, por que se que nadie más compraría ésto.

-¡Ko-ta-ke! -Doremi estaba ardiendo de la ira.

Kotake se acercó al mostrador en donde se encontraba Hana y procedió a pagar.

-¡Serían unos 500 yenes!

-Nooo Hana, ¡no se lo vendas! - Doremi estaba por quitarle el pequeño bolso pero Kotake fue más rápido y la esquivó.

-Bien, aquí tienes. Por cierto, ¿estáis solo vosotras hoy?

-Si, Hazuki tiene práctica de violin, Onpu está ocupada con su trabajo como actriz y Aiko y Momoko fueron a la tienda a comprar materiales. -Respondió Doremi con un tono aburrido.

-¡Así que solo estamos aquí mamá Doremi y Hana!

-¿Por qué la llamas mamá?

-Por qué soy su hij- Hana no pudo acabar la frase antes de que la mano de Doremi tapara su boca asfixiandola.

-¡N-no es nada! -Termino por decir Doremi al peliazul

-Hmm... -Kotake las miraba con sospechas.

-P-por cierto, ¿para quien es el regalo?- Doremi preguntó rápidamente para desviar el tema. -¿Acaso se lo regalarás a la chica que te gusta?-Una pequeña risa salió de los labios de la pelirroja

-Hum, ¡claro que no! Es para mí madre, pronto será su cumpleaños y quería darle algo. -Un sonrojo se formó en las mejillas del pelizul.

-¡Eso es muy dulce de tu parte!- Hana, que por fin se había soltado del agarre de Doremi no dudó en dar su opinión.

-Parece que hasta Kotake puede ser bueno aveces.

-¿Que quieres decir Dojimi? Lo dices como si fuera una persona despreciable, ¿no ves lo dulce que soy?

-¡Mi nombre es DO-RE-MI! Y no, no puedo verlo.

Mientras esos dos iniciaban una pela, Hana que había quedado en segundo plano empezó a sentirse rara. Al momento una luz apareció alrededor de ella envolviendola en un gran resplandor blanco. La parejita que hasta ahora no se había dado cuenta de su alrededor, al darse cuenta de lo que pasaba ya era demasiado tarde. Doremi se quedó pálida como el papel.

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