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AURORA

—Odio las mañanas— me quejé apoyando mi cabeza sobre la mesa de Slytherin.

—Se nota por la cara de zombies que tienes— dijo Mattheo juguetón.  —¿Anoche no pudiste dormir?— preguntó.

—Juro que lo intenté— bufé.

—Sii, yo tampoco puedo— dijo entre un suspiro.

—¡Arriba ese velorio chicos, es nuestro último año perras!— canturreó Blaise.

—Cierra la boca— escupí con amargura.

—Bueno...— el se sentó en su lugar y se quedó callado.

Al poco tiempo habían llegado todos al comedor, cada uno estaba en la mesa de su respectiva casa esperando a que el viejo de Dumbledore dé su discurso.

—Ya me sé este maldito discurso del derecho al revés— se quejó Draco, mi hermano mayor quien lo tenía a mí izquierda.

—Queremos la paz en cada casa y siempre le damos nuestro apoyo a cada estudiante— imité la voz de Dumbledore.

Draco río y negó con la cabeza.

Los nuevos alumnos que como siempre eran de primero, fueron seleccionados para su casa, solo dos fueron Slytherin.

—Y ahora le damos la bienvenida a los nuevos alumnos que precisamente no soy de primer año— habló Dumbledore.

—¿Alumnos que no son de primero?— Mattheo me miró extrañado y yo me encogí de hombros.

—Démosle la bienvenida a ¡Los mellizos Nott!— la puerta del comedor se abrió y pasos firmes inundaron el lugar.

—Carajo, la chica es linda. Me pregunto que tan bien salta— susurró Mattheo en mi oído.

—Cierra la boca, asqueroso Riddle— hice una mueca y el me miró con diversión.

—¡Slytherin!— gritó el sombrero seleccionador para ambos estudiantes.

La mesa se llenó de un completo bullicio y como siempre Blaise, golpeaba la mesa con sus puños.

El castaño esbozó una sonrisa de costado, mientras que la chica, parecía ser algo tímida.

—Desde ya ¡Que comience el banquete!— al exclamar Dumbledore, muchísima comida -como siempre- apareció en nuestra mesa.

Mis ojos no podían quitarse de aquél chico. Tenía los ojos algo cansados y rojos, parecía que estuviese en sus páginas grises, quisiera poder entrar en su mente pero desgraciadamente Tom no me quiso enseñar ese hechizo.

Pude notar que sus nudillos ligeramente están rojos, como si hubiera golpeado algo -o alguien- y de su gargantilla colgaba una cadenita que llevaba una L ¿Tendrá novia?

Sus ojos eran ligeramente verdes y era de tez blanca. Tenía un cabello castaño bastante bonito y era elegante al comer, elegante al caminar, elegante al hablar.

De pronto, al parecer sintió mi mirada sobre él y éstas se encontraron, yo no desviaría la mirada, no si él no lo hace primero. 

YOU BELONG TO ME | Theodore NottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora