Los amigos de Magnus

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El reservado era la zona VIP del club, se encontraba en un área ligeramente elevada y contaba con una pequeña sala semi circular, probablemente lo suficientemente grande para unas diez personas, una mesa amplia frente a los asientos y al parecer suficiente espacio por si alguien deseaba bailar, y de alguna manera, a pesar de estar a la vista de todos, parecía más privada y limpia que el resto del lugar.

Alec subió tras de Magnus con inseguridad pero tratando de vencer su temor, afortunadamente hoy no parecía estar haciendo el completo ridículo frente a él.

Apenas Magnus puso un pie en el reservado el chico del pelo verde, a quién Alec reconoció como Ragnor, por su  llamada al celular, exclamó con rudeza:
-Vaya, el señor famoso ha llegado.

-Ya era hora- secundó con enfado un elegante hombre de traje desde el sofá más cercano.

-Sí, bien- respondió Magnus ignorando el tono de ambos- empecemos está fiesta entonces – dijo con entusiasmo deshaciéndose de la pertenencias del grupo más joven que habían dejado en la pista- pero antes permítanme presentarles a mi nueva inspiración, el chico más lindo que he conocido, y quién misteriosamente se ha negado repetidamente a salir conmigo o incluso llamarme… Chicos, él es Alexander Lightwood – dijo señalándolo teatralmente – Alexander – añadió – esta lindura es mi mejor amiga, Catalina – dijo señalando a la única mujer del lugar quien sonrió amablemente – y este par de amargados de aquí son Ragnor- dijo señalando al peliverde- y Raphael – agregó señalando al chico del traje – por algún motivo, que a veces me cuesta recordar, dos de mis amigos más cercanos – añadió con serenidad.

-Mucho gusto – respondió Alexander tímidamente.

-No sabía que traerías a alguien- murmuró Raphael ignorando el saludo – ¿no somos compañía suficientemente buena?

-Nada de eso mi querido amigo – respondió Magnus sentándose tranquilamente justo al lado de Catalina, invitando a un incómodo  Alec a hacer lo mismo – aunque me encanta ver tu cara de total aburrimiento y escucharte quejarte de absolutamente todo lo que pasa, escuchas o te imaginas, me encontré con Alexander hace un momento y me fue imposible alejarme de él – explicó.

Catalina decidió intervenir con simpatía.
-Puedo ver el por qué – respondió observando apreciativamente a Alec - ¿Eres modelo Alexander?

-Prefiero Alec – respondió este enseguida- y no, no soy modelo.

-¿En serio? – preguntó Ragnor con curiosidad- Podrías serlo – aseguró al parecer también evaluando con la mirada a Alexander.

-No, no lo creo.

-¿Por qué no? - preguntó nuevamente el peliverde - Tienes la altura, el cuerpo, la piel, la-

-Ok- interrumpió Magnus enseguida- Controla a tu hombre ¿quieres? – pidió a Raphael, quien rodó los ojos en respuesta.

-Hablo desde un punto de vista profesional – replicó Ragnor – soy fotógrafo – le aclaró a Alec- y uno de los mejores, si se me permite decirlo, sé de lo que hablo.

-Bueno, es más que obvio que Alexander es ridículamente hermoso – aseguro Magnus-, pero me reservo el derecho a coquetear con él ¿de acuerdo? -aclaró.

-Y es más que obvio que Ragnor no intentaba coquetear con él -lo defendió Raphael con un gesto aún más claro de disgusto.

Los ojos de Magnus brillaron con malicia pero antes de que pudiera agregar algo más un nuevo invitado llegó al reservado.

-Escuche que este era el mejor lugar de todo Nueva York– anunció para hacerse notar- Pero realmente no veo el ambiente.

-¡Oh por Dios! ¡Malcolm!, ¿qué haces aquí?- preguntó Magnus casi saltando de su asiento para acercarse de prisa al recién llegado. Alec no pudo evitar sentir un poco de molestia por esa acción.

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⏰ Última actualización: Mar 26 ⏰

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