Acceso total

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Cualquiera en su sano juicio
se habría vuelto loco por ti.”
- Jane Austen


-Ya le dije que no puede entrar- dijo con brusquedad el guardia de Bane Designs.

-Y yo ya le dije que no quiero entrar – repitió con fastidio Alec - solamente necesito que le digan a Isabelle que su hermano está aquí, para que pueda bajar.

-Mire señor ya le expliqué que nadie contesta en el área de patrones.

-Por eso le estoy pidiendo que alguien la vaya a buscar.

-Entienda que no puedo dejar mi lugar de trabajo.

-¡Entonces déjeme ir a mí!- exigió Alec alzando la voz.

-¡Que no puede entrar! – respondió con rudeza el guardia- Espere a que ella salga.

-No va a salir hasta que yo le diga que estoy aquí, en eso quedamos.

-Llámele entonces a su celular.

-Mi celular no sirve- gruñó con frustración Alexander.

El guardia intento contenerse una vez más.

-Bien - concedió- Puede usar este teléfono – le propuso acercándole el aparato.

Alec respiró con profundidad, eso en realidad sí era de utilidad. Tomó el teléfono ofrecido y se dispuso a marcar, sólo para colgar un segundo después con desánimo.

-No me sé su número de memoria… ¿Me lo puedo proporcionar?

El personal de seguridad le dedicó una mala mirada y le arrebato el aparato

-No le puedo dar ese tipo de información, es personal.

-¡Esto es ridículo! – se quejó Alexander en un grito contenido -¡Soy su hermano! Y sólo quiero que sepa que estoy aquí.

-¿Qué está pasando? – dijo la voz tranquila de una mujer a sus espaldas.

-El joven no entiende que en esta empresa tomamos la seguridad de los empleados muy en serio- explicó el guardia.

-Lo entiendo – aseguró Alec- pero necesito decirle a mi hermana que estoy aquí, él no la puede localizar y mi celular está muerto – dijo sacando de su bolsillo un celular completamente destrozado.

-¡Oh por dios! ¿eso es sangre? – preguntó la joven mujer retrocediendo un paso asustada.

-Sí, pero no es mía – respondió Alec con simpleza.

La chica abrió los ojos con espanto y el guardia pareció ponerse alerta también, entonces Alec entendió lo mal que eso podía sonar.

-Quiero decir, soy policía – dijo sacando su placa con rapidez para comprobarlo- y esto – explicó señalando su celular- pasó hoy en una redada.

La mujer se inclinó un poco para leer la placa.

-¿Detective Lightwood?- preguntó.

-Si, mi hermana Izzy, Isabelle – corrigió, no estaba seguro como la llamaban en ese lugar- trabaja aquí.

-Eres Alexander – determinó ella con seguridad tras evaluarlo.

-Prefiero Alec- respondió el chico.

La mujer sonrió y con una mirada burlona se dirigió al guardia de nuevo.

-Oh Raj, grandísimo idiota – le dijo. El mencionado pareció sorprendido- ¿Buscaste su nombre en la base de datos?- le preguntó.

-No lo creí necesario

-Conoces el protocolo.

-Pero él dijo que sólo-

El amor no es una modaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora