Capitulo X

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—¿Alondra?

—¿Mmh?

—Quiero hacerme un tatuaje.— Susurro la pelirroja unos minutos más tarde, cuando se encontraban a unas pocas cuadras de su edificio. La morena giro el rostro para mirarla con una sonrisita.

—Y quiero que lo hagas tú.

Alondra asintió un par de veces con la cabeza, mientras estacionaba el auto auto en el aparcamiento de su edificio.

—¿ Y qué quieres hacerte?— Preguntó bajando del coche y tomando la de la mano en cuanto llegó a su lado.

—No lo sé... — Alondra la acorraló contra uno de los cuatro costados de ascensor, en cuanto se subieron, y Rai metió su fria mano bajo la camisa de su novia, hasta acariciar el lugar en donde reposaba su nombre, tatuado sobre la piel de la morena, tatuaje que se había realizado unos cuantos meses atrás, justo encima de la cinturilla del pantalón, de lado derecho de su cadera.— Quizás tu nombre.

Alondra le sonrió ampliamente, mientras atrapaba su mano entre la suya y se inclinaba para besar su mejilla, su nariz, y finalmente su boca.

—¿Hablas en serio?— Preguntó, apretándose más contra ella.

Rai sonrío, acercándose para besarla.

—Sí, me voy a tatuar tu nombre.— Sonrío— Sabes que todavía te odio por tatuarte "Rainelis" y no "Rai".

—Rainelis es un nombre hermoso. Y no mientas, te encanta mi tatuaje.

Rai soltó una risita, bajando la mirada y levantando la camisa para revelar el tatuaje, siguiendo los trazos con la punta de los dedos.

Adoraba ese tatuaje. La letra cursiva que ella había elegido. Era hermoso, y su nombre sobre la piel de Alondra se veía increíble.

—Lo amo. — Susurro, inclinándose hacia delante y enterrando el rostro en el pecho de su novia. ¿Y bien?— Preguntó cuando el ascensor llegó a su piso y se bajaron caminando lentamente, con Alondra abrazándola por detrás.—¿Me lo vas a hacer?

Ella bajó la cabeza para besarla en la cien y sonrío.

—Sabes que sí, cuando quieras.

—Esta tarde. — Sentenció mientras abría la puerta del del departamento.

—Esta tarde tienes que trabajar.

Rai hizo un mohín. adoraba su trabajo a medio tiempo en la librería, cerca de su casa, sobre todo porque quedaba sólo un bloque del trabajo de su novia.

—Puedo acercarme en cuanto termine mi turno. — Respondió, con una sonrisita y Alondra asintió.

Almorzaron una mezcla extraña que Gaby había preparado, intentando no pensar mucho en que estaban ingiriendo, soltando una carcajada ante las caras de Martina y los comentarios de Sofia.

Esa misma tarde,  Rai salió de la librería a las seis y camino unos cuantos metros hasta llegar al trabajo de su novia.

"Robert's Tattos"

Abrió la puerta de vidrio, haciendo sonar la campanilla que colgaba sobre el techo e inmediatamente Robert, el jefe de Alondra, un tipo alto, robusto y afroamericano, se giró para saludarla con una enorme sonrisa.

Robert la adoraba. Al principio, Alondra había mantenido su reservas, pero finalmente había comprendido que Robert Adoraba a todas las chicas bonitas que pasaban por ahí.

—¡Pero mira quien ha venido a embellecer este lugar!—Exclamó, para besarle en ambas mejillas, sin importarle que toda la clientela se giraba mirarlos, y Rai soltó una carcajada mientras, por sobre el hombro de Robert veía Alondra rodar los ojos.

The Tattoo || Adaptación || RailoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora