15.La mentira tiene patas cortas

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El pasar del tiempo entre paredes blancas, asientos duros y olor a desinfectante era más lento, más desesperante . El tik-tak del reloj no lo dejaba tranquilo, recordandole el motivo de su estadía en ese lugar.

El hospital no era el lugar favorito de nadie por su significado dicotomico entre la vida y la muerte. En este momento no sabía si quiera cual era el motivo de su visita a este lugar, se suponía que su asistente llevaba varias semanas con su tratamiento para la anemia y se aseguró de vigilar las comidas del bicolor mientras estaba cerca. Solo este día había sido la excepción, donde se olvidó completamente de ese detalle.

—Señor, señor—el niño sentado en sus piernas le picó una mejilla con su dedo para llamar su atención

—Dime Toshio—esta vez no pudo regular su voz y salió igual de profunda como era costumbre

En consecuencia el niño se retrajo, evitando mi mirada.

—¿Mamá estará bien?—susurró

—Si chiquitín— expulse todo el aire de mis pulmones con pesadez mientras acariciaba la cabeza del menor para tranquilizarlo

Ahora que tenía tiempo para pensar, se preguntaba por la curiosa insistencia de Toshio de llamar siempre a Shoto "madre". Tenía entendido que su empleado no poseía la particularidad de concebir, o eso había leído en la información de su hoja de vida y las cláusulas del contrato de trabajo. Documento en el cual las opciones de "Posee una condición delicada actual (embarazo)" y "Su condición biológica se ve alterada por alguna particularidad (capacidad de concepción)" mantenían una respuesta firme "NO"

No lo mal interpreten, su empresa procuraba tener ese tipo de información a la mano para mayor seguridad laboral de sus trabajadores como la protección de sus familias.

—Toshio—llamó la atención del infante antes de hacer la pregunta —¿Porqué le dices mamá a Shoto?

No recibió respuesta los primeros segundos, solamente se limitó a observar aquel gesto de confusión

—Una vez leí en un libro donde decía que una madre cuida y ama a sus hijos sobre todas las cosas—seguía pensando—Eso hace mi mamá—la respuesta fue simple pero correcta para él – ¿Porqué?¿Eso esta mal?—me miró con preocupación.

—Para nada pequeñín, esta bien—sintió como esas afirmaciones le quitaban un peso de encima

—Entonces ¿Cuando veré a mi mami?—un pucherito adorable adorno su cara angelical

—Pronto, los doctores lo están revisando

—¿Eh? mami esta muy enfermo—sus gestos pasaron de preocupación a tristeza—¿Es mi culpa?—no tengo la más mínima idea de como llego a esa conclusión absurda

—No, has sido un buen niño Toshi—le di una palmadita en la espalda mientras sentía como se recostaba en mi pecho

—No,no—se restregó sobre mi de lado a lado antes de hablar otra vez—Toshi es malo, come mucho—su voz se tornaba débil y quebrada—Mami no come por darme toda la comida a mi, a veces, solo toma té de matcha o come un paquete de galletas— sollozó

El dato me tomo desprevenido.
Era de mi conocimiento las duras condiciones en las que vivía Shoto pero no creí que llegaría hasta ese punto.

—Dime Toshio—lo hice mirarme a los ojos—¿Que otros problemas tienen?— cada una de sus lágrimas me causaban un dolor punsante en el corazón

—El señor gordo de la renta siempre insulta a mamá o esta regañándolo, hace mucho frío en el cuarto a pesar de que mami duerme junto a mi, nos bañamos con agua helada en las mañanas.
En una ocasión alguien casi tumba la puerta, ese día mami movió el televisor para atrancar la entrada y durmió ahí toda la noche. No podemos salir afuera cuando hay hombres malos alrededor y en las noches se escuchan ruidos raros o gritos,es feo vivir ahí pero yo cuido a mamá— me dio una leve sonrisa como si al final aceptará su destino sin más

Mi Cielo Y Sus Pequeñas Constelaciones - [BakuTodo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora