9. YES,SIR

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La semana paso rápido entre papeleos,reuniones,conferencias y otros pendientes hasta que llego el viernes atiborrado de gritos y ordenes por doquier.

Nos encontrabamos en la oficina del señor Bakugo para coordinar los últimos detalles sobre el evento organizado para el tema de los inversionistas.

Al parecer cada año se organizaba una reunión para poder atraer propuestas y mantener el contacto con otras compañías beneficiosas para el negocio. Normalmente este magno evento se realiza en una de las casas del señor Bakugo dado que no confiaba en las recepciones, ademas de preferir la privacidad propia y de sus invitados.

Por ende, a Momo y a mi nos tocaba encargarnos de varias cosas tanto en el exterior para la contratación de varios servicios, como dentro de la oficina en donde la lista de invitados era revisada y enviada correctamente a cada uno de los empresarios.

Esta semana había sido muy agotadora, los estragos del estrés y la mala alimentación me estaban pasando factura. Había momentos en los que tenía que dirigirme al baño para tomar un poco de aire y enfocar de alguna manera mi vista borrosa evitando levantar sospechas.

No tenía pensado ir al hospital. A pesar de mi condición no volví, una por falta de dinero y otra por que intuía el pronostico. Estaba consciente de los malos hábitos adoptados a lo largo de estos dos meses, lo más probable sería "anemia"

Estoy consciente de mi inestabilidad; no me encuentro en mi mejor momento como ahora que estoy sentado en la tapa del inodoro inhalando y exhalando por conseguir un poco de aire. Mi cabeza daba vueltas cada vez más agresivas como si de un gran sismo se tratase, mis pulmones obtenían mucho aire pero no sabían administrarlo bien, estaba llegando a mi limite.

—¡Yoarashi!—ahora si estaba en problemas

Como pude me dirigí hacia la puerta con las piernas y manos temblorosas abriéndola despacio percatandome si el pelicenizo ya se había marchado.

Con un suspiro agradecido salí lento, sin embargo, al dar unos pocos pasos mis extremidades inferiores fallaron pronosticando una caída 

— Te tengo —  Dos brazos firmes sostuvieron mi cintura salvando a mi cuerpo de un dolor pasajero pero problemático. 

Una vez afianzado abrí mis ojos  lentamente encontrándome con un par de gemas escarlata. La persona menos esperada de la noche hacía acto de presencia ante mí con un semblante impasible trayendome de vuelta al mundo haciendome más consciente de la situación. 

Debo admitir que por un momento disfrute el gesto casi heróico, relajándome en el acto liberando micuerpo de algunas ataduras dejandome llevar hasta el punto de posar mi cabeza en su hombro apoyándome en el por unos segundos hasta que decidiera empujarme o gritar

No se el motivo ni la razón de mi acción y tampoco lo quería descubrir. Solo... necesitaba esto hace muchi tiempo.

El olor varonil de su colonia refrescante y fuerte me envolvía completamente logrando disipar mi mente; la tranquilidad embargaba todo mi ser induciendome a un estado de ataraxia.

—Ya puedes ir a casa pero antes pasa por la oficina para darte una última indicación — sorpresivamente su voz sonaba neutral dejando de lado su histeria inicial

El momento de la separación fue muy bochornoso, mi tonto impulso me hacía sentir vergüenza, hecho evidente por el calor alojado en mis mejillas.

Ninguno agrego nada de regreso a la oficina haciendo un pacto de confidencialidad y silencio para evitar tensión.

— Mami — Toshio me recibió con los brazos abiertos apenas abrí la puerta

—Toshi, ¿has acabado de leer? — revolvi su cabello azabache

Mi Cielo Y Sus Pequeñas Constelaciones - [BakuTodo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora