01.

53 7 1
                                    

Recibí su llamada a eso de las diez de la noche. Ya era un poco tarde, bueno, para mi ese horario era tarde, todos los días a esa hora yo ya estaba en la cama durmiendo. Dazai no era una persona con la que me llevara*, no lo suficiente como para recibir una llamada telefónica de su parte, que extraño me parecía. Ni siquiera podía imaginarme que me tuviera agregado en su lista de contactos.

Por lo general soy un cero a la izquierda. No espero llamadas ni mensajes, nunca los recibo, a menos que sean para pedirme algo.

—¿Aló?

—Sigma, ¿en dónde queda la fiesta exactamente? Estoy estacionado frente a un portón enorme y no sé si ir a la izquierda o la derecha, no hay más camino en ninguna de las dos direcciones —gritó Dazai al teléfono. Se escuchaban voces de fondo donde él se encontraba, y la música en el salón principal no era de mucha ayuda.

—¡Emm...! —no lo sabía. Estaba aturdido por todo el ruido y el pánico de responder una llamada que probablemente estaba en altavoz y que todos sus amigos estarían escuchando.

"No sé, ni siquiera sé cómo llegué aquí" quise decir. Me mantuve callado mientras pensaba en algo que decir.

—¿Sigma? ¿Estás ahí?

—Eh... sí. Mira voy a pasarte a Tachihara, él sabe dar mejores instrucciones que yo.

Busqué a Tachihara con la mirada. Eran muchas personas amontonadas en la estancia de la casa y pese a que me costó un poco, lo encontré al otro lado de salón, rodeado de sus amigos, bebiendo incesantemente.

Todavía se veía en su sano juicio, esperaba que pudiera ayudar a Dazai en mi lugar. No le di muchas explicaciones, prácticamente sólo le pasé mi móvil para que respondiera la llamada y le dije "Es Dazai".

Tardó un poco de tiempo dándole instrucciones, tiempo que aproveché para ir al baño. Me miré al espejo y mi reflejo me angustió un poco, estaba ligeramente pálido y mi cabello teñido de dos colores distintos parecía un nido de pájaros. Sabía que era hora de irme, pero como había llegado con Nikolái, tenía que esperar a que él quisiera irse, y como faltaban horas para que eso sucediera, tendría que esperar.

No lo admití entonces, pero la verdad me apenaba que Dazai me viera en ese estado. Intenté arreglarme el cabello.

Cuando salí del baño, obtuve mi teléfono de vuelta. De milagro recuperé mi asiento en el sillón que estaba compartiendo con otras personas antes de ir a buscar a Tachihara, de lo contrario me habría quedado de pie un largo rato.

A pesar de estar rodeado de cientos de personas —algunos cuantos conocidos y otros muchos desconocidos—, me sentía un poco solitario. Me había encontrado en un par de ocasiones a Atsushi, y a Nikolái no lo había visto ni una sola vez, tampoco deseaba encontrarlo e interrumpirlo, de seguro estaba ligando con ese chico extraño, Fyodor.

Había planeado acercarse a Fyodor por semanas enteras, siempre lo observaba de lejos en el instituto, pero nunca se hablaban. O al menos hasta donde yo sabía nunca se habían dirigido palabra. Igualmente, no me sorprendería que Nikolái intentase ser cercano en algunas oportunidades que se le presentasen, con lo intenso que se pone a veces.

Del resto de personas que conocía en la fiesta, no hablaba con ninguna, así que no encontraba suficientes excusas para acercarme a alguien y entablar una conversación decente.

Me quedé sentado, esperando a que Nikolái apareciese para irnos a casa.

***

Una mano larga se posó sobre mi hombro con delicadeza desde detrás de mí. Volví mi vista hacia tal dirección y me encontré con la encantadora mirada de un par de ojos marrones que me vislumbraban desde arriba. Su sonrisa amable me saludó, sin necesidad de que él dijera nada.

Write It On My Heart  || sigzaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora