1.Chico

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CAPÍTULO 1:

CHICO



Drake estaba terminando su tazón de leche con cereales cuando Marcus lo llamó desde la planta de arriba. 

—Estoy en la cocina. 

Los tablones de madera crujieron bajo sus pasos. O más que crujir, parecían gemir alegremente mientras recibían las pisadas de ese enorme hombre que se dirigía a la cocina. 

—Tienes una cafetera recién hecha—Drake estaba de espaldas a la puerta, apunto de sumergir la cabeza en el fondo de la taza, y lo habría hecho con tal de no ver a Marcus. 

Marcus pasó el brazo alrededor de su cuello.

No recordaba que su relación hubiera sido así desde el principio. Drake era menor de edad cuando se mudo con él y con Ron, otro centinela, debido a que sus padres se negaron a que Drake siguiera con el entrenamiento. Ellos preferían un trabajo mucho más seguro para su hijo único y no uno que lo pusiera en peligro a cada momento, pero debido a sus habilidades y lo avanzado que Drake estaba a pesar de su edad, Caleb habló con ellos y los convenció para que lo dejaran seguir. 

Marcus y Ron se convirtieron en sus compañeros de casa y también tenían la obligación de evaluarlo fuera del gimnasio y protegerlo. Algo como un niñero en el campo de batalla. Al principio, Drake sabía que ninguno de esos dos Alfas tenía paciencia y tiempo para enseñarlo, pero como en casi todo, Drake se equivocaba. 

Ron le enseñó a escalar por los árboles y a mirar más allá del bosque, aún le costaba agarrarse al tronco y sus manos siempre estaban hechas un desastre, pero con el tiempo podría llegar a balancearse sobre las ramas sin ningún problema, y Marcus... Marcus le enseñó un par de movimientos de lucha, le enseñó a retorcer cuellos, a correr aún estando reventado después de una larga jornada laboral y a esconderse. 

Drake los admiraba. Lo admiraba. No tenía sentido esconderse en este punto. Drake siempre había sentido fascinación por Marcus, más cuando él entraba en el gimnasio para hacer alguna demostración y se dejaba agarrar por cualquier principiante para luego reducirlo en el suelo a los cinco segundos. Él mismo fue uno de los primeros en morder el polvo, aunque eso parecía no recordarlo Marcus y era mucho mejor así. 

Todo parecía estar en orden al principio hasta que Drake sufrió su primer celo  por culpa de las feromonas amenazantes de Ruby y eso lo llevó a estar una semana entera en la clínica con fiebre, mareos, vómitos y...

Las mejillas de Drake se tiñeron de rojo. 

—Me estás ahogando —musitó aún entre su brazo.

Marcus soltó un gruñido en respuesta cerca de su oído,  lo soltó presionando su frente contra la sien de Drake y se alejó un par de pasos para prepararse el primer café de la mañana.

 Drake cometió el error de observarlo por el rabillo del ojo. 

Acababa de ducharse, tenía el cabello oscuro aún húmedo, se había afeitado y vestido con unos vaqueros caídos y una camisa negra. Los primeros botones estaban desabrochados y se había remangado dejando a la vista uno de sus muchos tatuajes que habían escondidos a lo largo de su cuerpo. 

Hoy era su día libre, y que no llevara una simple camiseta y unos pantalones de deporte apuntaba a que tenía cita o algo parecido. 

—¿A dónde iréis hoy? —preguntó Marcus con voz áspera después de tomar el primer trago de café. 

ALFA: MARCUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora