[Capitulo 2]

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AL DÍA SIGUIENTE:

Era otro día en Britania, una mañana muy bella, lleno de los rayos del sol que iluminaban todo el lugar con un hermoso paisaje, la tranquilidad y paz se sentia en todo el ambiente.

en cierta singular taberna un pelinegro se encontraba en la cocina mientras preparada algo en especial.

-Y..solo faltan las verduras...

Dijo Zeldris para posteriormente cerrar el libro de cocina que leía, luego lo dejo encima de una repisa ,agarró un cuchillo y empezó a picar las verduras cuidadosamente, era lo último que faltaba.

[ 3 horas después ]

Después de terminar de cocinar, Zeldris se encontraba sentado en una de las mesas de la taberna mientras leía un libro tranquilamente.

algunos minutos después y finalmente un rubio empezó a bajar por las escaleras y se acerco hacia él.

-Zeldris madrugaste -comento sentándose en uno de los asientos-

-Meliodas son las 2:00 de la tarde -dijo bajando el libro sólo para ver al otro-

-Sate,sate,sate es que no pude dormir -rascándose la nuca-

-Mm...-asintiendo-

-¿No me vas a preguntar por que? -pregunto el rubio infantilmente-

-...¿Por qué? -rodando los ojos-

-Bueno, es que siento como una sensación extraña..como que algo huele mal

-Pues ve a tomar una ducha -respondió el menor para luego volver su vista al libro que leía-

-¡Zeldris habló encerio! -con un puchero-

-Esta bien -suspiro para luego cerrar el libro que leia y dejarlo a un lado en la mesa- ¿por qué piensas eso?

-¿No sientes como que alguien nos a estado observando?

-Meliodas solo tus amigos saben que estamos aquí.

-Lose pero..

-¿Estas borracho? -pregunto Zeldris frunciendo el ceño-

-¡Claro que no!

-Entonces deja de imaginar cosas.

-Bueno tienes razón, además todo a estado tranquilo como para que suceda algo -poniendo sus brazos detrás de su cabeza-

-Ahora déjame leer -murmuró y estaba por agarrar su libro pero...-

-Zeldris tengo hambre

-La comida está haya -señalando la cocina- ahora deja de fastidiar.

-Bueno -riendo, luego se levanto y se dirigió hacia la cocina-

Zeldris sólo suspiro y volvió a retomar la lectura de su libro, pasaron algunos minutos cuando...

-¡Volví!

exclamó el rubio regresando con un plato de comida en sus manos, luego retomó su asiento en la mesa y empezó a comer.

-Sabef Zeldif -comiendo otra cucharada- la vefdad -trago- ¡eres bueno cocinando hermanito!

-Meliodas deja de hablar mientras comes, es de mala educación.

El rubio sólo se encogió de hombros para luego continuar devorando su plato, varios minutos mas y terminó.

-Ah, ahora si estoy satisfecho -alzando un pulgar arriba-

Zeldris solo lo ignoro.

-Muy bien -levantándose del asiento y quedando de pié frente al otro- vámonos

𝐂𝐚𝐦𝐞𝐥𝐨𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora