Confesiones

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POV Luis:

— ¡Qué sueño! — exclamó Luis, jadeando y estirándose en su escritorio. — Bueno, ya terminé la mayoría de lo que tenía que hacer — bostezó. — Lo demás para mañana — se levantó de su asiento y comenzó a juntar los papeles para meterlos en su mochila. Se detuvo un momento para admirar el ventanal gigante de la oficina; el cielo estaba de color naranja y ya estaba anocheciendo. Bajó la mirada a su celular para confirmar la hora, pero sintió una mano en su espalda.

Era Miguel. No estaba solo; estaba acompañado de algunos compañeros de trabajo.

— ¿Vamos ya? — preguntó Gaby, una chica del área de recursos humanos. — anímate, Luis! —

— Bueno, para celebrar la llegada de Miguel, pues — accedió, aunque en realidad no estaba de acuerdo.

Todos celebraron la respuesta de Luis y se encaminaron al ascensor, dejándolo atrás ordenando sus cosas en su mochila.

— Apúrate que yo te espero — dijo Miguel, quien estaba frente a su escritorio, inmerso en su celular como siempre.

"No me gusta tenerlo cerca", pensó Luis mientras lo miraba. "De verdad me recuerda mucho a él". Por último, recogió su celular del escritorio y le dijo — Vamos, ya estoy listo.

En el ascensor, Luis, con el teléfono en la mano, comenzó a revisar sus notificaciones hasta que vio el mensaje de Miguel, lo que le hizo formar una sonrisa en el rostro y soltar una pequeña risa.

— ¿De qué estás tan feliz? ¿Es tu novia? — preguntó Miguel.

— No, no exactamente — respondió Luis mientras escribía en su celular.

Pero Miguel ya se había dado cuenta con quién se estaba escribiendo cuando le llegó una notificación de Luis que decía "¿Cuándo nos vemos? :V".

— Carajo — se le escapó a Miguel en voz alta.

— ¿Pasó algo? — preguntó Luis.

— No, no es nada, olvídalo... — respondió Miguel.

— Ah, bueno — Luis guardo su celular en su bolsillo trasero. — Oye, papu, tus ojeras han mejorado bastante — dijo mientras le quitaba los lentes sin autorización alguna.

Confundido, Miguel mencionó — Qué confianzudo que eres — y le arrebató los lentes de las manos. — La verdad, estaba considerando usar corrector o algo, pero el maquillaje es de geizzz.

— Ponte bolsas de manzanilla — sugirió Luis. — Mira, ya llegamos — anunció mientras las puertas del ascensor se abrían detrás suyo.

— ¿Y dónde están los demás? ¿Se fueron sin nosotros? — miró a su alrededor para comprobar que no quedara nadie y se volvió a poner los lentes. Sin embargo, Luis lo interrumpió.

— ¿Los vas a usar? Tus ojeras han mejorado bastante.

— Pero mis ojos... — le recordó.

— ¿Qué tienen? ¡Ah! Cierto, tienes heterocromía — Luis se quedó mirando fijamente a los ojos de Miguel, quien tenía un ojo color café y el otro verde grisáceo. — creí que no te importaba —

— No, no me importa. Pero prefiero ahorrarme las preguntas — explicó Miguel — Creo que compraré lentes de contacto — concluyó finalmente, poniéndose las gafas.

— ¿Para que combine con tu ojo verde? — bromeó Luis.

— No, prefiero que mis ojos sean de color café. Ya sabes, como el promedio —

— ¡Qué conformista!, me das asco, papu— dijo Luis, bromeando una vez más.

Miguel solo soltó una carcajada y le pegó en el hombro. — Ya cállate y guíame al bar mejor. —

Compañeros de trabajo [Papulince X Panafresco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora