Capítulo I

166 19 11
                                    

Calle.

—Vamos, Daniela. No puedes quedarte encerrada de por vida en tu habitación— exclamaba Gabriela mientras jalaba las sábanas en las qué estaba envuelta sobre mi cama.

Me quejé en voz alta, por qué perdí la cuenta de las veces en qué le dije qué no me sentía con ánimos de salir hoy, mucho menos de levantarme de esta cama y aún así vino hasta mi casa hacer todo lo contrario.

¿Por qué será tan difícil de entenderlo? Ah! Ya sé por qué, porqué se trata de Gabriela y ella hace todo lo contrario a lo qué le digo.

—Sólo quiero estar aquí, unas horas más o lo qué resta del día— respondí mientras me aferraba a las sábanas cubriendo de mi cara y Gabriela continuaba tirando de ellas. —Gabs— trate de detenerla pero fue inútil.

Sólo por qué se trata de ella y es mi mejor amiga, no le doy un golpe.

—Sabes qué no voy a permitirlo— respondió al mismo tiempo en qué logro quitarme la sabana de la cara. —Lo qué tú necesitas es salir y despejar tu mente para qué dejes de pensar en él idiota de Francisco

No voy a mentir al decir qué escuchar pronunciar su nombre sea tan devastador para mí, pero tampoco voy a negar el hecho de qué escuchar su nombre me haga pensar en él y en cómo nuestra relación de 1 año y 3 meses se fue al caño. Sí, al caño.

—Qué lo menciones no ayuda— le digo incorporando mi cuerpo sobre la cama. —Lo qué necesito es quedarme aquí. Eso es todo, Gabs. Así qué te puedes retirar— jaló de nuevo la sabana y logro quitársela de las manos.

Se qué puedo estar siendo un poco grosera, pero es Gabs a ella ni si quiera le importa la forma en qué le hablo, incluso me ignora al sentarse sobre la cama y volver a jalar de la sabana.

Lo ven?! Ella hace todo lo contrario de lo qué le digo.

—El hecho de qué escucharlo nombrar te afecte, es un motivo más para no irme— me dice impidiendo qué vuelva a recostarme.

—No es qué me afecte— respondo —Es sólo qué estoy tratando de no pensar en él y qué tú estés aquí recordandome el por qué no...— quiero excusarme pero no me lo permite.

—No mientas, Daniela. Nunca antes habías pasado más de 3 días sin querer salir de tu casa después de una ruptura amorosa— recuerda —Incluso antes de la relación con Frankhace la voz más chillona y burlesca qué conozco tratando de imitar la forma en qué le gustaba a Francisco qué lo nombraran. —Recuerdo qué ese mismo día qué terminaste con...— hace una pausa mientras hace el intento de recordar el nombre de mi antiguo ex.

Es una idiota con una muy mala memoria, pero es mi amiga y la quiero, aunque a veces me desespera un poco o quizás mucho.

Cómo es qué...— me adelanto a su pregunta y le recuerdo el nombre.

Eduardo— mencionó su nombre.

—Cierto, él buen Lalo. Cuando terminaste con él, ese mismo día salimos a un antro y te ligaste con otro wey— me hace recordar ese día, del cuál me arrepiento la forma en cómo actúe, no fue muy maduro de mi parte, pero bueno son errores qué solemos cometer cuando llevamos unas copas de más o al menos esa fue la excusa qué tuve para mi misma y no sentirme tan mal al día siguiente.

TODO DE TI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora