Nuevo integrante

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La guardería “Arcoiris”, no era una gran guardería, pero tenía una buena reputación. Los cachorros eran bien cuidados en ese lugar, la mayoría de los trabajadores eran omegas, por lo que llevarse con los niños eran sus especialidades.

Allí era donde trabajaba Frenkie desde hacía un par de años. Cuando se graduó de la universidad esa fue su decisión y no se quejaba de eso, tenía un título en cuidado de cachorros y maestro.

Le gustaba mucho pasar tiempo con los pequeños, enseñándoles a leer y escribir. Era una de las cosas que más le gustaba, estar rodeado de pequeños cachorros, dulces y muy tiernos.

Tenía la esperanza de encontrar algún día a un Alfa y formar una familia, pero claro, eso sería más fácil si no fuera asocial.
En parte, pues era muy tímido y resevardo. En sus 21 años, nunca había ido un fin de semana de fiestas.

Preferiría estar en casa leyendo un libro o viendo algún partido de fútbol, ni siquiera se quedó en la fiesta de graduación de la universidad en la que estudió, solo fue con su madre a recoger su título y después se fueron a casa para celebrar comiendo una deliciosa Hutspot.

Se logró independizar después de eso, consiguió un pequeño apartamento a buen precio y el trabajo en la guardería, cuidaba de los pequeños como propios.

Todos sus compañeros eran amables con el, quizás era casi el más joven, pero no había problema con eso, lo único que si lo tenía algo deprimido era que era el único Omega sin pareja, ni marca.

Quizás teniendo en cuenta que era el más joven no había tantos problemas, pero, Raphinha era mayor por un año más que el y ya tenía una marca que lucir en su cuello.

Lo hacía sentirse muy sólo, y lo peor del caso, era que era un virgen. No podía ni siquiera pensar en la palabra “Nudo” sin llenarse de vergüenza.

Vergüenza debía darse el mismo ¡Era un adulto por la Madre Santa!pero, no tenía toda la culpa, cuando era tan solo un niño no tuvo experiencias muy agradables con desconocidos.

En la primaria, y secundaria sufrió de abusos escolares por partes de sus compañeros, eso hizo que se volviera aún más inseguro de lo que ya era antes.

Así es como paso su juventud, escondido en la biblioteca y en el cuarto de su hogar, pero, aunque quisiera estar siempre metido allí, la vida adulta lo saco a rastras.

Trabajar, si no trabajaba no tenía dinero, y sin dinero, solo sería una carga para su mami, y ella ya había dado gran parte de su vida cuidándole.

Entonces, al estar en la universidad pensó mucho en lo que iba hacer, y se fue por lo más seguro para el, cuidar de los cachorros.

Se graduó como especialista en eso, incluso tomo unos cursos de pediatría. Y trabajar en una guardería era lo mejor, tanto para el como para los del lugar, pues si algún niño se enfermaba, el sabría que hacer.

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Un día particular cuando llegó a su trabajo en la hora habitual, fue recibo por un gran lloriqueo, se preocupó por eso y fue hasta el origen de este.

Que ha pasado?- pregunta cuando llegó, habían por lo menos 3 omegas tratando de calmar a un cachorro de pelos rubios, nunca lo había visto, por lo que supuso que era nuevo integrante en la guardería.

Yo no sé que hacer, lleva llorando desde que su papá lo dejo y eso fue hace casi una hora- el pobre Raphinha mecía al cachorro en sus brazos, pero este seguía llorando y pataleaba para quitarse del agarre del mayor.

Sus pequeños mofletes estaban rojos y llenos de lágrimas. Entendía que quizás era la primera vez que se separaba de sus padres y por eso estaba así, había lidiado con un par de esos cachorros antes.

Ya pequeño, ya, tus papis vendrán por ti después por ti, deja de llorar- Raphinha estaba frustado, al igual que los demás, parecía que el de ojos oscuros también se pondrían a llorar en cualquier momento.

Ya le dieron de comer? su pañal incómoda?- apareció xavi de repente poniendo un dedo sobre su mentón, los demás asistieron.

Hemos tratado de darle su biberón, pero no lo quiso y su pañal está bien, ni siquiera está húmedo- explico otro Omega viendo al pequeño, a Frenkie le partía el corazón verlo de esa manera.

Se miraba tan triste, talvez el pequeño no estaba acostumbrado a las personas ajenas, y eso solo lo hacía las cosas peor.

Ven, pásamelo, creo que tú angustia solo lo pone más chillón- Frenkie había acabado de llegar, así que estaba más relajado, en cambio los demás tenían un aire de preocupación.

Raphinha asintió y le dio al pequeño, quién se puso a llorar con más fuerza al ver qué lo estaban pasando con otra persona, Frenkie trato de sostenerlo con cuidado y lo acostó en su hombro, cerca de su glándula de aroma.

Le empezó a dar palmaditas en la espalda, tarareando una canción de cuna. Para su milagro, los lloriqueos fueron bajando de intensidad en cuestión de minutos, a lo que se volvieron pequeños sollozos.

Frenkie sintió como el pequeño se aferró a su ropa y acercó su carita a su cuello, aspirando de manera tartamudeamente por sus anteriores lloriqueos. Los demás se le quedaron vieron asombrados y al mismo tiempo aliviados, al menos ya no habría lloriqueos.

Bien ahí, Frenkie, pudiste calmarlo!- Raphinha fue quien hablo primero y el ojiazul se sonrojo con algo de vergüenza, no estaba acostumbrado a recibir halagos.

No fue nada, solo quise ayudar- respondió y los demás solo le sonrieron tranquilos, cada uno se fue hacer sus cosas con los demás pequeños que iban llegando, y Frenkie se fue a su salón.

El era encargado de seis cachorros, tenía que estar al pendiente de ellos y al parecer tenía que cuidar de otro más. Se llevó consigo la mochila del cachorro que dormía en su hombro, revisarla con solo un brazo no fue fácil, pero tampoco imposible.

Ben Ter-Tsegen, un año de edad, alérgico a las fresas. Se sorprendió un poco por eso, no habían muchos pequeños de un año en esa guardería, normalmente llegaban de dos en adelante.

Los omegas eran muy protectores con sus pequeños en el primer año de si vida y apenas podían despertarse un poco de ellos cuando tenían un año y medio.

Pero el no era nadie para juzgar, quizás sus padres estaban muy ocupados y no podían cuidarlo como anhelaban.

Bien pequeño Ben, hay que llevarnos bien, te parece?- hablo en un susurro mientras acariciaba la espalda del pequeño. Ben dió un suspiro, al parecer dormiría más.

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Espero les gusta, y apoyen mucho está historia, también espero que amén mucho al Marckie porque es una shipp muy bonita

¿Mamá? Marckie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora