Little Bites | Luckity | One-Shots

Fiesta de disfraces.

Advertencias;
Sexo duro, Creampie, Boypussy, Doble Penetración.

La corbata apretaba su cuello, la camisa blanca quedaba perfecta en su cuerpo y aquella chaqueta hacían una combinación perfecta. Se veía jodidamente bien en ese disfraz de vampiro, lo único que necesitaba era salir a comprar junto con su mejor amigo los colmillos que le faltaban. Sus pasos eran suaves sobre la fría madera, acercando su rostro en la habitación de la otra persona. Los cabellos castaños sobresalían de la manta que lo tapaba de cuerpo completo. Un cuerpo plácidamente dormido.

Alexis amaba mucho a Luzu, pero no le perdonaría si este llegaba tarde al lugar.

Dejó una notita en la mesita de madera pintada de negro y con paso lento, movió sus piecitos otra vez pero esta vez para salir de la habitación donde estaba dormido su hermoso novio. Llamó a "osito cariñosito" como estaba escrito en su teléfono, esperando a que contestara la llamada, uno, dos, tres, cuatro.

-Hola, Quackity. ¿Estás listo para que te pase a recoger?-preguntó el hombre de la otra línea, Alexis rió ante la voz juguetona de Rubén.

-Claro.-respondió- pero me gustaría que me llevarás a la tienda de disfraces. Necesito comprar unos colmillos.

El amigo de Alexis asintió y dijo que lo llevaría y como si ya estuviera listo para aquella llamada, Rubén llegó a la casa de su amigo en menos de cinco minutos en aquella camioneta espaciosa dirigiéndose a aquella tienda de disfraces para buscar los colmillos falsos y un montón de dulces de parte del que iba disfrazado de oso. El chico que atendió a Alex fue muy lindo con él y por alguna razón hizo que sintiera cosas en su vientre bajo. El de apodo de pato gruñó, solo sentía esas cosas con Luzu ¿Porqué había sentido eso con ese chico? Bueno, tal vez por el acento brasilero, por los tatuajes en su brazo o por la mirada cálida a pesar de tener esos ojos de un azul hermoso, completamente contrarios a los vino de su novio.

Quackity se excusó, diciendo que tendría que entrar al baño que por suerte estaba más cerca de lo que pensaba. El castaño solo le dijo que estaría en otras tiendas viendo ropa y que le avisara cuando haya terminado de cagar, puesto que sí. Rubén había pensado que el vampiro falso tenía ganas de cagar.

Entró a un cubículo en el baño, quitándose el cinturón y bajarse los pantalones para luego sentarse sobre el excusado. Vió como su interior estaba empapado por el líquido pegajoso.-mierda.- abrió sus piernas y las cerró, apretando sus muslos una y otra vez dandose una estimulación suave para luego abrir bien sus piernas y mover a un lado la braga de encaje. Quackity no mentiría, le encantaba verse tocandose a sí mismo y por eso siempre cargaba un espejo de tamaño considerable en su maleta. Colocó sus cosas en la posición adecuada y abrió los pliegues de su coño con sus dedos. Soltó un suspiro.

Pasó sus dedos a los lados del clítoris para luego cerrarlos y aplastarlo. Una, dos, tres veces y luego unas cuantas más. Mordió su labio, pues el clítoris hinchado dolía bastante cuando lo rozaba. Si Luzu lo pudiera ver le diría que era una jodida zorra por andar tocandose así en un baño público. Alex decidió meter sus dedos en su vagina caliente. -mierda.- suspiró en voz baja, aquello se sentía tan bien, cerró sus ojos, mordiendo el labio con fuerza para que nadie lo escuchará gemir. Movió sus dedos en su interior, sacándolos y metiendolos rápidamente cuando se dió cuenta de que solo quedaba el solo en aquel lugar.

Movió sus dedos más rapidito, necesitaba correrse, lo anhelaba. Detuvo sus movimientos al escuchar como volvían a abrir la puerta y sus cabellos se erizaron, pues el hombre que había entrado al baño no era nada más que aquél chico de la tienda de disfraces, quien se encontraba maldiciendo en su idioma natal cosas que el joven de cabellos azabaches no pudo comprender. Quackity movió sus deditos lentamente, intentando hacer ningún ruido. Movió su pulgar hasta dejarlo sobre el clítoris hinchado y soltó una maldición. -Joder..- dijo eso en voz baja, esperando a que nadie lo escuchara. Pero desafortunadamente el brasileño lo oyó.